El 43% de los desempleados no recibe ya ninguna prestación

Según las estadísticas del SEPE publicadas en febrero, tan solo el 56,49 % de los desempleados inscritos en las oficinas de empleo recibía algún tipo de prestación o subsidio.

La tasa de cobertura continúa reduciéndose y más de dos millones de trabajadores en paro carecen de ayuda por parte del Estado.

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La publicación de las estadísticas de febrero del Servicio Público de Empleo (SEPE) confirma que la caída en la cobertura por desempleo continúa imparable. A finales de enero tan solo el 56,49 % de los desempleados inscritos en las oficinas de empleo recibían algún tipo de prestación o subsidio por desempleo.

El año 2014 se cerró con una tasa de cobertura media del 58,85%, con una tendencia a la baja mes a mes que situó el porcentaje más bajo en el 57,61% de diciembre.

Las cifras reales podrían ser incluso más graves si consideramos que en estos informes oficiales no se tiene en cuenta a los desempleados que por desistimiento han decidido no inscribirse en las oficinas de empleo, o simplemente, dejar de renovar su demanda. Algunos estudios ponen de manifiesto que menos del 50% de los desempleados estarían recibiendo algún tipo de ayuda.

En enero el gobierno puso en marcha la nueva ayuda para desempleados de larga duración con cargas familiares, el “Programa Extraordinario de Activación para el Empleo“. En las previsiones iniciales se esperaba que se pudieran beneficiar de esta ayuda extraordinaria unos 400.000 desempleados. Sin embargo, los criterios para su concesión son mucho más restrictivos de lo anunciado, según hemos comprobado por las quejas y frustración que nos han transmitido muchos desempleados. Los propios trabajadores del SEPE estiman que únicamente se están concediendo una de cada cuatro solicitudes, rechazándose el resto por no cumplir los requisitos (llevar más de un año inscrito en el paro, acreditar que se tiene cónyuge o hijos a cargo, que no se ha cobrado ningún tipo de ayuda en los últimos seis meses y que se ha agotado completamente las otras ayudas, como el Plan Prepara o la Renta Activa de Inserción).

Incluso si el desempleado cumpliera toda la batería de requisitos y le fuera concedido el Programa de Activación, en seis meses vería su ayuda agotada y sin ninguna otra posibilidad de prorrogarla. Esta ayuda, como sucede con el Plan Prepara, solo se puede pedir una vez.


Todas las ayudas y subsidios se agotan tarde o temprano. No hay un sistema capaz de dar cobertura al desempleo de larga duración, a pesar de que desde hace cuatro años la tasa de paro supera el 20%



Tan solo el subsidio para mayores de 55 años garantiza una renta hasta la edad de la jubilación y exige unos periodos de cotización muy amplios que no todos los desempleados logran acumular. El resto de subsidios y ayudas extraordinarias se agotan y aunque el desempleado lograse el difícil objetivo de volver a cotizar durante un periodo, las ayudas extraordinarias como la RAI o el Prepara, una vez agotadas no se pueden solicitar de nuevo.



¿Qué sucede cuando los parados de larga duración agotan todas las ayudas del Sistema Nacional de Empleo?

En estos casos la única opción son las llamadas rentas de integración autonómicas, ayudas asistenciales que gestionan las Comunidades Autónomas, pero que son insuficientes, lentas en su tramitación y carecen de la dotación presupuestaria suficiente.

Más allá de esta última red de los servicios sociales, no queda nada y se calcula que son más de dos millones las personas sin empleo que no reciben ningún tipo de prestación o ayuda social.

Lo denunciaba Cáritas en su Informe 2014 sobre exclusión social:
1.La situación de exclusión severa afecta a más de 5 millones de españoles. No solo la economía familiar se resiente. El deterioro social amenaza a otros ámbitos como la salud, vivienda, alimentación.
2.La solidaridad familiar y las redes de ayuda resisten, pero comienzan a debilitarse. La capacidad de las familias para apoyar a su entorno está al límite. Hay hogares en los que no trabaja ninguno de sus miembros.
3.Quienes no han estado a la altura de las circunstancias han sido las políticas públicas. Las políticas sociales han sido claramente insuficientes, ineficaces o inadecuadas.
4.Van a ser necesarios más de 10 años para recuperar todo lo perdido, aún cuando la evolución de la economía sea positiva.
5.Es necesaria una revisión urgente de las políticas públicas de protección social, por justicia, protección de los derechos humanos y por el interés general.
6.Existe un grave problema de cohesión social, un riesgo sistémico que de no ser atajado afectará inevitablemente a todo el sistema. La propia idea de comunidad está en entredicho y cada vez son más frecuentes los enfrentamientos entre colectivos: conflictos entre Comunidades Autónomas, entre trabajadores, entre generaciones.




© Un artículo de Oscar de las Heras (@oscardelas) para citapreviainem.es 22/03/2015


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