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El señor Manuel Ballve adivinaba el futuro de la seguridad privada hace 12 años
Sáb 07 Jun 2014, 00:26
La supresión de las fronteras internas de Europa está comportando consecuencias negativas no calculadas. La movilidad criminal entre los países miembros ha facilitado también una circulación de las mafias provenientes de fuera de la UE y, en cambio, no ha habido una movilidad policial transnacional.
España, por mimetismo, en lugar de reforzar los controles frente a países latinoamericanos o de la Europa del Este, los ha relajado. Fruto de esta dejación comprobamos cómo han aparecido verdaderos pistoleros y un tipo de delincuencia violenta prácticamente desconocida aquí. La reacción frente a estos nuevos fenómenos de criminalidad es pensar que nuestro modelo preventivo es inadecuado y parece que queremos apuntarnos al modelo global imperante de patrón norteamericano de liberalización de la seguridad: menos seguridad pública y más privada, autoprotección armada, etcétera. El reciente libro de Roser Martínez Quirante, Armas. ¿Libertad americana o prevención europea?, pone en evidencia que si seguimos orientándonos hacia ese modelo acabaremos con 10 veces más víctimas mortales que las que tenemos ahora.
REFORZAR LA policía especializada en el control y circulación de extranjeros y de armas es una de las soluciones preventivas más adecuadas frente otras más espectaculares, como pretender armar hasta los dientes a los guardias privados.
La reciente acción criminal todavía impune de Tarrasa, aunque hasta ahora es un acto aislado y extraño, es un aviso de lo que puede convertirse en normal si seguimos orientándonos hacia un tipo de seguridad que nos asemeja más al Chicago de los años 20 o de cualquier gran ciudad americana de hoy, donde los tiroteos están a la orden del día y las mafias campan libremente por la calle. Esto, no olvidemos, también es debido a la opción de menos Estado y más mercado, lo que significa menos policía pública y más policía privada . Las cifras comparativas son clarividentes de lo que significa tener una Administración pública hueca. En España tenemos 200.000 policías públicos para 40 millones de habitantes y Estados Unidos dispone de 900.000 policías para 280 millones de habitantes, lo que quiere decir que les faltan nada más y nada menos que 500.000 policías públicos.
El problema de una policía pública anoréxica es resuelta en Estados Unidos con una bulímica policía privada, compuesta por un ejército de un millón de vigilantes armados. El resultado de toda esta eficiencia del mercado es una multiplicación espectacular de las víctimas y de las cárceles.
Si nos obligan a abrir la puerta de nuestra casa, por imperativo de los acuerdos de Schengen, lo que no podemos es dejar abandonados nuestros enseres sin protección interior. Aquí, durante estos años, por un análisis equivocado de eficiencia y de coste-beneficio, se han reducido las plantillas de la policía central y local, en lugar de reforzarlas para contrarrestar los nuevos peligros que acarrea el mantener la puerta abierta a la libre circulación de personas.
NO SE TRATAsólo de tener más policía pública, sino de disponer de una policía mejor, más preparada y cualificada. Efectivamente, no se está reforzando la calidad de nuestros policías, teniendo en cuenta que la lucha contra este nuevo tipo de criminalidad global, sofisticada y violenta pasa no sólo por la vigilancia en la calle, sino por la creación de verdaderas unidades de policía científica y técnica de titulación universitaria para investigar preventivamente el crimen organizado, el blanqueo de dinero o la circulación de armas.
Tampoco se trata de rechazar la policía privada, sino de potenciar una mayor coordinación y dirección pública, para que la seguridad privada no sea un mundo aparte donde todavía predomine un laissez faire empresarial inconcebible en las empresas de hoy en día, que están sometidas a unas regulaciones y a unas responsabilidades preventivas en riesgos laborales, ambientales, alimentarios, etcétera.
La seguridad privada no es simplemente un servicio que se presta a un cliente particular, sino que tiene una trascendencia pública y social ineludible. Por ello, no se puede admitir que su negocio se base en el abaratamiento de costes relacionados con una falta de formación, de preparación y de entrenamiento de sus guardias, así como en una desconexión con la seguridad pública.
MANUEL Ballbé MANUEL Ballbé 14/12/2002
*Catedrático de Derecho Administrativo
Necesitamos más y mejor policía pública, capaz de afrontar la nueva criminalidad, y potenciar la privada como servicio y no como negocio, ya que tiene una trascendencia pública y social ineludible
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España, por mimetismo, en lugar de reforzar los controles frente a países latinoamericanos o de la Europa del Este, los ha relajado. Fruto de esta dejación comprobamos cómo han aparecido verdaderos pistoleros y un tipo de delincuencia violenta prácticamente desconocida aquí. La reacción frente a estos nuevos fenómenos de criminalidad es pensar que nuestro modelo preventivo es inadecuado y parece que queremos apuntarnos al modelo global imperante de patrón norteamericano de liberalización de la seguridad: menos seguridad pública y más privada, autoprotección armada, etcétera. El reciente libro de Roser Martínez Quirante, Armas. ¿Libertad americana o prevención europea?, pone en evidencia que si seguimos orientándonos hacia ese modelo acabaremos con 10 veces más víctimas mortales que las que tenemos ahora.
REFORZAR LA policía especializada en el control y circulación de extranjeros y de armas es una de las soluciones preventivas más adecuadas frente otras más espectaculares, como pretender armar hasta los dientes a los guardias privados.
La reciente acción criminal todavía impune de Tarrasa, aunque hasta ahora es un acto aislado y extraño, es un aviso de lo que puede convertirse en normal si seguimos orientándonos hacia un tipo de seguridad que nos asemeja más al Chicago de los años 20 o de cualquier gran ciudad americana de hoy, donde los tiroteos están a la orden del día y las mafias campan libremente por la calle. Esto, no olvidemos, también es debido a la opción de menos Estado y más mercado, lo que significa menos policía pública y más policía privada . Las cifras comparativas son clarividentes de lo que significa tener una Administración pública hueca. En España tenemos 200.000 policías públicos para 40 millones de habitantes y Estados Unidos dispone de 900.000 policías para 280 millones de habitantes, lo que quiere decir que les faltan nada más y nada menos que 500.000 policías públicos.
El problema de una policía pública anoréxica es resuelta en Estados Unidos con una bulímica policía privada, compuesta por un ejército de un millón de vigilantes armados. El resultado de toda esta eficiencia del mercado es una multiplicación espectacular de las víctimas y de las cárceles.
Si nos obligan a abrir la puerta de nuestra casa, por imperativo de los acuerdos de Schengen, lo que no podemos es dejar abandonados nuestros enseres sin protección interior. Aquí, durante estos años, por un análisis equivocado de eficiencia y de coste-beneficio, se han reducido las plantillas de la policía central y local, en lugar de reforzarlas para contrarrestar los nuevos peligros que acarrea el mantener la puerta abierta a la libre circulación de personas.
NO SE TRATAsólo de tener más policía pública, sino de disponer de una policía mejor, más preparada y cualificada. Efectivamente, no se está reforzando la calidad de nuestros policías, teniendo en cuenta que la lucha contra este nuevo tipo de criminalidad global, sofisticada y violenta pasa no sólo por la vigilancia en la calle, sino por la creación de verdaderas unidades de policía científica y técnica de titulación universitaria para investigar preventivamente el crimen organizado, el blanqueo de dinero o la circulación de armas.
Tampoco se trata de rechazar la policía privada, sino de potenciar una mayor coordinación y dirección pública, para que la seguridad privada no sea un mundo aparte donde todavía predomine un laissez faire empresarial inconcebible en las empresas de hoy en día, que están sometidas a unas regulaciones y a unas responsabilidades preventivas en riesgos laborales, ambientales, alimentarios, etcétera.
La seguridad privada no es simplemente un servicio que se presta a un cliente particular, sino que tiene una trascendencia pública y social ineludible. Por ello, no se puede admitir que su negocio se base en el abaratamiento de costes relacionados con una falta de formación, de preparación y de entrenamiento de sus guardias, así como en una desconexión con la seguridad pública.
MANUEL Ballbé MANUEL Ballbé 14/12/2002
*Catedrático de Derecho Administrativo
Necesitamos más y mejor policía pública, capaz de afrontar la nueva criminalidad, y potenciar la privada como servicio y no como negocio, ya que tiene una trascendencia pública y social ineludible
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- aguiluchoUsuario medio Nivel 3Premio por estar tantos años con nosotrosPremia la antiguedad en el foro
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Re: El señor Manuel Ballve adivinaba el futuro de la seguridad privada hace 12 años
Sáb 07 Jun 2014, 18:26
Pues casi que lo adivina, de hecho muchas cosas ya se estan produciendo y eran impensables hace 12 años atras, buen ojo el de este señor
saludos
saludos
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