GIJÓN: Drásticos recortes en el nuevo pliego del concurso para la seguridad de la Ciudad de la Cultura

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La sociedad Recrea, responsable de la gestión de la Ciudad de la Cultura, ha rediseñado el protocolo de seguridad de la antigua Universidad Laboral que, de cumplirse sus propósitos, quedará controlada, en sus 130.000 metros cuadrados, por un solo vigilante, al que se unirá otro que se encarga del específico control de las cámaras.




Hasta no hace demasiado tiempo, la seguridad de la Laboral pasaba, de forma permanente, por tres vigilantes: uno estaba en la sala de control de la cripta y los otros dos tenían presencia en el centro, de tal forma que se podía controlar la puerta de acceso y destinar otro profesional al control del resto del macroedificio. Primero se suprimió un vigilante nocturno. Ahora, en el nuevo pliego del concurso hecho público por Recrea, su intención es dejar sólo dos personas de forma simultánea. Uno estará en la sala de control y el segundo, por lo visto, deberá de encargarse de las restantes 18 funciones que ordena el pliego, muchas de las cuales son aparentemente incompatibles ya que parece complicado estar en la puerta de entrada y, a la vez, controlar la seguridad de todo el edificio, hacer rondas exteriores y cuestiones similares, dentro de un largo etcétera de responsabilidades.




El propósito de Recrea, como ha denunciado el sindicato UGT, es abaratar los gastos aunque sea a costa de la seguridad del edificio. De hecho, en la actualidad son 12 las personas que trabajan en esas funciones, que pasarían a ser únicamente ocho. Algunos de los vigilantes llevan más de veinte años trabajando en la seguridad de la Universidad Laboral.




Críticas de los centros El pliego se condiciones de Recrea para la nueva seguridad del edificio, que pretende hacer con una sola persona, además de la que estará en la cripta para el control de las cámaras, incluye, como se apuntaba con anterioridad, dieciocho funciones diferentes, empezando por la «custodia, vigilancia y protección de las zonas, edificios, terrenos, instalaciones de uso general, incluida la vigilancia perimetral del edificio; la apertura y cierre de los accesos comunes al complejo, custodia de las llaves, control de accesos de entradas y salidas, revisión de bultos, paquetes, maletas; supervisión de las zonas de aparcamiento, así como de los cuadros e indicadores de suministros; velar por el buen orden y el normal desenvolvimiento de la actividad ordinaria del inmueble».




Estas son sólo una pequeña parte de las labores que deberá de realizar el único vigilante de la Laboral que estará, digamos, a pie de calle, a las que se suman otras de índole administrativa y de seguridad interna. UGT asegura que es imposible pedirle a un solo trabajador que desarrolle todas esas funciones a la vez y que la intención de reducir personal a costa de la seguridad es un «despropósito». Así lo han entendido las diferentes instituciones que se encuentran en la Ciudad de la Cultura, que se enteraron por los trabajadores del pretendido recorte. De hecho, los directores del Centro Dramático, del Centro de Formación Profesional y el decano de la Facultad Jovellanos han mostrado por escrito su «disconformidad» con el recorte del personal de seguridad y piden una garantía de la custodia de las instalaciones.




Los recortes en seguridad, en todo caso, no son nuevos. De hecho, desde hace meses el Centro de Arte carece de seguridad nocturna desde el momento del cierre al público hasta que abre sus puertas al día siguiente. La UGT alerta sobre el recorte de gastos en un tema tan sensible, asegura, como es la seguridad y dice que es «materialmente imposible» garantizarla en la Laboral con un solo vigilante.

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