El Verdadero Negocio de la Seguridad Privada: La Formación y los Cursos de Director de Seguridad

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La industria de la seguridad privada es un campo en constante evolución, con una demanda creciente de profesionales preparados que puedan desafiar los objetivos modernos. Sin embargo, detrás de esta fachada de profesionalismo y formación especializada, se esconde una realidad preocupante: el verdadero negocio de la seguridad privada no está en la prestación de servicios de seguridad, sino en la formación y los cursos de director de seguridad que imparten universidades y centros colaboradores.

La Automatización de la Educación
En la actualidad, muchos cursos de director de seguridad se ofrecen en modalidad online, utilizando plataformas como Moodle o Blackboard. Aunque estas herramientas tecnológicas son útiles para facilitar el acceso a la educación, su puesta en funcionamiento ha llevado a una automatización excesiva del proceso de enseñanza. Los cursos se estructuran en módulos predefinidos, con temarios y lecciones que los alumnos deben seguir de manera autónoma. El papel del tutor, que debería ser fundamental para guiar y orientar a los estudiantes, se ha reducido a una mínima intervención.

La mayoría de los cursos se centran en la realización de tests automáticos y en la elaboración de un trabajo final o TFC (Trabajo de Fin de Curso). Los alumnos pasan meses trabajando de forma independiente, sin recibir la orientación adecuada, lo que genera una experiencia educativa despersonalizada y, en muchos casos, insuficiente.

La Falta de Experiencia de los Tutores
Uno de los problemas más graves de estos cursos es la calidad de los tutores. En muchos casos, los encargados de guiar a los alumnos carecen de la formación y la experiencia necesarias en el campo de la seguridad privada. Estos tutores a menudo se limitan a repetir contenido teórico sin ofrecer un valor añadido práctico o realista. Su desconocimiento de la materia es evidente, lo que perjudica gravemente la calidad de la educación que reciben los futuros directores de seguridad.

La falta de experiencia práctica de los tutores crea un vacío en la formación de los alumnos. En lugar de aprender de profesionales con experiencia en el campo, los estudiantes se ven obligados a depender de tutores que apenas comprenden la teoría y están lejos de poder ofrecer métodos prácticos y aplicables.

La Desorientación de los Alumnos
La culminación de estos cursos es el trabajo final o TFC, que debería ser una demostración del conocimiento y las habilidades adquiridas durante el curso. Sin embargo, muchos alumnos se sienten desorientados al enfrentarse a esta tarea. Después de meses de formación automatizada y con escasa intervención de tutores, se encuentran con la responsabilidad de realizar un trabajo que realmente demuestre lo aprendido.

La falta de apoyo y orientación durante el curso se hace evidente en esta etapa. Los tutores, que apenas han interactuado con los alumnos, de repente se convierten en figuras exigentes y críticas, sin haber proporcionado la guía necesaria durante el proceso de aprendizaje. Esta discrepancia entre la expectativa y la realidad deja a los alumnos frustrados y confundidos.

La Necesidad de un Cambio
Es imperativo que la industria de la formación en seguridad privada reevalúe su enfoque. La automatización puede ser útil, pero no debe reemplazar la interacción humana y la guía experta. Los tutores deben ser profesionales experimentados que puedan ofrecer más que solo teoría; deben proporcionar ejemplos prácticos y ayudar a los estudiantes a aplicar lo aprendido en situaciones reales.

Además, las instituciones educativas deben asegurar que los tutores estén bien formados y que se involucren activamente en el proceso de enseñanza. La formación de directores de seguridad no puede ser tratada como un mero trámite; debe ser una inversión en el futuro de la seguridad privada.

El verdadero negocio de la seguridad privada no debe ser simplemente una máquina de generar ingresos a través de cursos automatizados y tutores inadecuados. Debe ser una disciplina en la que se valore la calidad de la educación y se forme a verdaderos profesionales capaces de afrontar los desafíos del mundo real. Es hora de que las universidades y centros colaboradores tomen en serio su responsabilidad y proporcionen una formación que realmente prepare a los futuros directores de seguridad para el mercado laboral y las exigencias de la profesión y dejen de ver solo el negocio ya que al alumno que en muchos o en la mayoría de casos es un trabajador sin apenas tiempo deben facilitársele algo mas las cosas y no exigirle aquello que no se ha ofrecido por parte de los tutores .

Jose Martin Sosa Granados

Formador de seguridad privada acreditado

Creador de contenido para centros de formacion

Director de seguridad y Jefe de seguridad habilitado

Grado superior técnico en dibujo de edificios y obras

Experto en proyectos de seguridad

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