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Un guardia civil a juicio por defender a una mujer de una agresión machista.
Mar 08 Sep 2020, 13:43
esdiario.com
Alfonso Egea.
07/09/2020.
El agresor y la víctima se encararon con él cuando intervino tras ver cómo un chico le daba un rodillazo en el abdomen a su pareja. ESdiario entrevista en exclusiva al agente, indignado.
Para comprender la esperpéntica historia que viene a continuación hay que repetir como un mantra una realidad jurídica de nuestro país: todo agente de la Ley tiene la obligación legal de perseguir los delitos de los que sea conocedor y no hacerlo podrá significar que incurre en un delito de omisión de la obligación de perseguirlos. ¿Esta claro verdad? Pues igual de claro lo tuvo el pasado mes de enero un agente de la Guardia Civil fuera de servicio que regresaba a su casa después de hacer la compra.
Sobra decir que los miembros de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado lo son 24/7. Cuando un chiquillo se atraganta y un agente lo salva en su tiempo libre, lo ayuda como policía a tiempo completo, y todos nos alegramos porque eso es lo que debe hacer.
Así que volvamos al caso que nos ocupa. Al protagonista de esta historia lo vamos a llamar Héctor, su condición de agente obliga a que salvaguardemos su identidad. De hecho, en la documentación a la que ha tenido acceso ESdiario solo se puede leer su número de carnet profesional.
Héctor regresaba a su domicilio sobre la hora de comer cuando se fijó en una pareja que caminaba hacia él. El agente los describe como chicos muy jóvenes, acierta a decir que de unos 18 años, y se fijó porque escuchó a la joven gritar: "Déjame en paz, no me pegues más, vete".
Héctor siguió caminando hacia ellos y permaneció atento a la escena. Lo siguiente que vio fue al joven sujetar a la chica, que no paraba de llorar, para después propinarle un fuerte golpe con su rodilla en el abdomen. Ella trataba de zafarse para evitar más golpes, pero el agresor se lo impedía.
Ante esta situación Héctor decidió intervenir. Lo primero que hizo fue dirigirse al joven para decirle que se detuviera, que no continuara golpeando a la chica. Además, como exige el reglamento, se identificó como agente de la Guardia Civil, pese a que no pudo acreditarlo en ese instante debido a la premura de la situación.
Sorprendentemente la primera que reaccionó fue la chica que estaba siendo víctima de los golpes gritándole a Héctor "tú no te metas", a lo que el agente respondió diciéndole que él había visto la agresión y que le podía prestar ayuda si la necesitaba.
Envalentonado por la reacción de la chica a la que estaba golpeando el agresor se encaró con Héctor: "Sí, le he pegado un empujón, ¿y qué?". El agente, lejos de arredrarse hizo lo que debe hacer, recriminar al agresor de la chica su comportamiento y recordarle que lo que él mismo acababa de ver era constitutivo de un delito de violencia de género. La respuesta del agresor estuvo a la altura de su comportamiento: "Eres muy chulo tú para ser policía".
Lamentablemente la experiencia nos demuestra que en este tipo de situaciones las palabras antes o después dejan paso a la violencia física. Y este caso no fue una excepción. El agente insistió en que su condición le legitimaba para actuar e impedir más agresiones a la chica. Lo siguiente fue un nuevo intento de agresión, pero esta vez contra el guardia civil.
El agresor de la joven levantó el brazo contra el guardia a lo que este reaccionó con un movimiento reflejo y mil veces entrenado: paso atrás, brazo adelante y tratar de conseguir distancia entre el agresor y uno mismo. El movimiento implicó que la mano del agente impactara contra el rostro de su agresor. Inmediatamente él y la chica se calmaron.
Héctor valoró que por el momento no parecía que hubiera más agresiones en el horizonte, pero él seguía obligado a denunciar lo que había presenciado, así que como no tenía su teléfono encima y no había nadie alrededor a quien recurrir, decidió ir a su domicilio para llamar a la Policía. Mientras lo hacía, de repente, escuchó como alguien aporreaba llamaba a golpes a la puerta de su domicilio.
Precavido, a través de la mirilla de la puerta, pudo ver a un grupo de siete personas, entre ellos el agresor y la chica agredida, todos detrás de un tipo de unos 50 años, calvo, que mientras golpeaba la puerta con los puños gritaba "maricón, como te coja te reviento". Sin duda el líder de la algarada era un familiar adulto al que el joven maltratador le había ido con el cuento de que un policía le había pegado.
Héctor mantuvo la calma, habló con la Policía y a continuación puso en conocimiento de sus superiores en la Guardia Civil lo que había sucedido. Todos convinieron en que Héctor hizo lo que estaba obligado a hacer, bueno, casi todos.
Al joven agresor se le detuvo y se le acusa de un delito de malos tratos, sin embargo, durante su declaración, dijo haber sido agredido por un agente fuera de servicio. Esta acusación debería haber sido dirimida por el juzgado de violencia de género pero acabó como una denuncia distinta por la que ahora Héctor se enfrenta en pocos días a un juicio en el que le agresor de la chica lo acusa de un delito de lesiones leves, con una condena de uno a tres meses de multa.
Un contrasentido.
El mundo al revés… al agresor ni siquiera lo acusan por atentado a agente a la autoridad. Héctor se encuentra tremendamente decepcionado con la situación y así se lo ha relatado a ESdiario.
"A mí lo que menos me preocupa es la multa o el hecho de que un agresor de una mujer me acuse. Lo que me preocupa es este tipo de fallos en el sistema. Por una parte mi condición de guardia civil me obliga a intervenir pero si ahora me condenaran a mí me supone una falta grave en mi hoja de servicios. Eso para un agente implica desde pérdida de remuneración, hasta cambio de destino o incluso puede llegar a una suspensión".
En cuestión de días Héctor sabrá qué recorrido tendrá la denuncia que el agresor de una mujer interpuso contra él. Será el precio de cumplir con su deber, la obligación de no poder mirar a otro lado mientras una chica es golpeada. Pase lo que pase él lo tiene claro: "Me condenen o no, eso no supondrá ninguna diferencia para mi manera de actuar… si volviera a suceder me comportaría exactamente igual".
Alfonso Egea.
07/09/2020.
El agresor y la víctima se encararon con él cuando intervino tras ver cómo un chico le daba un rodillazo en el abdomen a su pareja. ESdiario entrevista en exclusiva al agente, indignado.
Para comprender la esperpéntica historia que viene a continuación hay que repetir como un mantra una realidad jurídica de nuestro país: todo agente de la Ley tiene la obligación legal de perseguir los delitos de los que sea conocedor y no hacerlo podrá significar que incurre en un delito de omisión de la obligación de perseguirlos. ¿Esta claro verdad? Pues igual de claro lo tuvo el pasado mes de enero un agente de la Guardia Civil fuera de servicio que regresaba a su casa después de hacer la compra.
Sobra decir que los miembros de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado lo son 24/7. Cuando un chiquillo se atraganta y un agente lo salva en su tiempo libre, lo ayuda como policía a tiempo completo, y todos nos alegramos porque eso es lo que debe hacer.
Así que volvamos al caso que nos ocupa. Al protagonista de esta historia lo vamos a llamar Héctor, su condición de agente obliga a que salvaguardemos su identidad. De hecho, en la documentación a la que ha tenido acceso ESdiario solo se puede leer su número de carnet profesional.
Héctor regresaba a su domicilio sobre la hora de comer cuando se fijó en una pareja que caminaba hacia él. El agente los describe como chicos muy jóvenes, acierta a decir que de unos 18 años, y se fijó porque escuchó a la joven gritar: "Déjame en paz, no me pegues más, vete".
Héctor siguió caminando hacia ellos y permaneció atento a la escena. Lo siguiente que vio fue al joven sujetar a la chica, que no paraba de llorar, para después propinarle un fuerte golpe con su rodilla en el abdomen. Ella trataba de zafarse para evitar más golpes, pero el agresor se lo impedía.
Ante esta situación Héctor decidió intervenir. Lo primero que hizo fue dirigirse al joven para decirle que se detuviera, que no continuara golpeando a la chica. Además, como exige el reglamento, se identificó como agente de la Guardia Civil, pese a que no pudo acreditarlo en ese instante debido a la premura de la situación.
Sorprendentemente la primera que reaccionó fue la chica que estaba siendo víctima de los golpes gritándole a Héctor "tú no te metas", a lo que el agente respondió diciéndole que él había visto la agresión y que le podía prestar ayuda si la necesitaba.
Envalentonado por la reacción de la chica a la que estaba golpeando el agresor se encaró con Héctor: "Sí, le he pegado un empujón, ¿y qué?". El agente, lejos de arredrarse hizo lo que debe hacer, recriminar al agresor de la chica su comportamiento y recordarle que lo que él mismo acababa de ver era constitutivo de un delito de violencia de género. La respuesta del agresor estuvo a la altura de su comportamiento: "Eres muy chulo tú para ser policía".
Lamentablemente la experiencia nos demuestra que en este tipo de situaciones las palabras antes o después dejan paso a la violencia física. Y este caso no fue una excepción. El agente insistió en que su condición le legitimaba para actuar e impedir más agresiones a la chica. Lo siguiente fue un nuevo intento de agresión, pero esta vez contra el guardia civil.
El agresor de la joven levantó el brazo contra el guardia a lo que este reaccionó con un movimiento reflejo y mil veces entrenado: paso atrás, brazo adelante y tratar de conseguir distancia entre el agresor y uno mismo. El movimiento implicó que la mano del agente impactara contra el rostro de su agresor. Inmediatamente él y la chica se calmaron.
Héctor valoró que por el momento no parecía que hubiera más agresiones en el horizonte, pero él seguía obligado a denunciar lo que había presenciado, así que como no tenía su teléfono encima y no había nadie alrededor a quien recurrir, decidió ir a su domicilio para llamar a la Policía. Mientras lo hacía, de repente, escuchó como alguien aporreaba llamaba a golpes a la puerta de su domicilio.
Precavido, a través de la mirilla de la puerta, pudo ver a un grupo de siete personas, entre ellos el agresor y la chica agredida, todos detrás de un tipo de unos 50 años, calvo, que mientras golpeaba la puerta con los puños gritaba "maricón, como te coja te reviento". Sin duda el líder de la algarada era un familiar adulto al que el joven maltratador le había ido con el cuento de que un policía le había pegado.
Héctor mantuvo la calma, habló con la Policía y a continuación puso en conocimiento de sus superiores en la Guardia Civil lo que había sucedido. Todos convinieron en que Héctor hizo lo que estaba obligado a hacer, bueno, casi todos.
Al joven agresor se le detuvo y se le acusa de un delito de malos tratos, sin embargo, durante su declaración, dijo haber sido agredido por un agente fuera de servicio. Esta acusación debería haber sido dirimida por el juzgado de violencia de género pero acabó como una denuncia distinta por la que ahora Héctor se enfrenta en pocos días a un juicio en el que le agresor de la chica lo acusa de un delito de lesiones leves, con una condena de uno a tres meses de multa.
Un contrasentido.
El mundo al revés… al agresor ni siquiera lo acusan por atentado a agente a la autoridad. Héctor se encuentra tremendamente decepcionado con la situación y así se lo ha relatado a ESdiario.
"A mí lo que menos me preocupa es la multa o el hecho de que un agresor de una mujer me acuse. Lo que me preocupa es este tipo de fallos en el sistema. Por una parte mi condición de guardia civil me obliga a intervenir pero si ahora me condenaran a mí me supone una falta grave en mi hoja de servicios. Eso para un agente implica desde pérdida de remuneración, hasta cambio de destino o incluso puede llegar a una suspensión".
En cuestión de días Héctor sabrá qué recorrido tendrá la denuncia que el agresor de una mujer interpuso contra él. Será el precio de cumplir con su deber, la obligación de no poder mirar a otro lado mientras una chica es golpeada. Pase lo que pase él lo tiene claro: "Me condenen o no, eso no supondrá ninguna diferencia para mi manera de actuar… si volviera a suceder me comportaría exactamente igual".
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Re: Un guardia civil a juicio por defender a una mujer de una agresión machista.
Miér 09 Sep 2020, 01:57
Pues es lo que tenemos con este desbarajuste de leyes sin sentido que no hay por donde cogerlas , esto al final terminara siendo que veas lo que veas y oigas lo que oigas , si el agredido , en este caso agredida no presenta la pertinente denuncia de la agresión no hay nada que hacer ya que ni la palabra de un agente de la autoridad vale para afirmar lo contrario .
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Re: Un guardia civil a juicio por defender a una mujer de una agresión machista.
Miér 09 Sep 2020, 11:25
Mientras tengamos las leyes que tenemos, tengamos los jueces que tenemos y tengamos el gobierno que tenemos esto nunca va a ir bien y siempre seremos los sufridos trabajadores y la gente de bien que paguemos la fiesta y el pato.
En un país donde hay una asociación que se llama jueces para la democracia ya esta todo dicho de que nivel podemos esperar de tal colectivo.
En un país donde hay una asociación que se llama jueces para la democracia ya esta todo dicho de que nivel podemos esperar de tal colectivo.
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Re: Un guardia civil a juicio por defender a una mujer de una agresión machista.
Miér 09 Sep 2020, 19:20
"...como exige el reglamento, se identificó como agente de la Guardia Civil, pese a que no pudo acreditarlo en ese instante debido a la premura de la situación."
Igual este detalle, algo ha tenido que ver con el posterior desarrollo judicial.
Igual este detalle, algo ha tenido que ver con el posterior desarrollo judicial.
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Re: Un guardia civil a juicio por defender a una mujer de una agresión machista.
Jue 10 Sep 2020, 01:44
¿ QUIÉN ES VÍCTIMA DE VIOLENCIA DE GÉNERO ?
Artículo 1 de la ley orgánica 1/2004 , de 28 de diciembre , de medidas de protección integral contra la violencia de género .
A efectos de esta ley , es víctima de violencia de género la mujer que es objeto de CUALQUIER ACTO DE VIOLENCIA FÍSICA Y PSICOLÓGICA , incluidas las agresiones a la libertad sexual , las amenazas , las coacciones o la privación arbitraria de libertad , ejercida sobre ella por parte de quien sea , cónyuge , pareja o novio .
OSEA CUALQUIERA QUE ESTÉ O HAYA ESTADO LIGADO A ELLA , por relaciones de afectividad , aún sin convivencia .
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Re: Un guardia civil a juicio por defender a una mujer de una agresión machista.
Jue 10 Sep 2020, 16:59
Aquí tenemos la versión de la otra parte:
esdiario.com
Alfonso Egea.
10/09/2020.
"Yo no soy un maltratador, el guardia civil se metió donde no debía"
Tras la entrevista con el agente denunciado por frenar una presunta agresión machista, habla el joven investigado por violencia de género. Abogacía del Estado defenderá al primero.
"Hola buenas. Yo sería el presunto agresor de esa historia". Así arranca el correo electrónico que llegó a la redacción de ESdiario horas después de que este medio publicara la entrevista con Héctor (nombre ficticio), un agente de la Guardia Civil denunciado por un joven de 18 años que asegura haber sido víctima de violencia física por parte del agente en cuestión sin que mediara provocación.
Para sustentar su versión de los hechos y su entrevista, Héctor facilitó a este periódico toda la documentación que se le fue requerida, como su denuncia, su ratificación ante el juzgado y la citación judicial que le supuso haber sido denunciado. De hecho, de entre esos documentos destaca en el que aparece como testigo, no como denunciado ni denunciante, en un caso de violencia de género cuyo investigado es el joven que ahora quiere dar su versión.
Para igualar el trato informativo este medio tampoco revelará datos de este chico de 18 años al que vamos a llamar Andrés. "Tengo un juicio pendiente sí, por violencia de género, pero si lo tengo es porque me ofrecieron aceptar una orden de alejamiento de cuatro meses de mi novia y no lo iba a hacer bajo ningún concepto"
La novia de Andrés no denunció los hechos relatados por Héctor a este periódico, pero Fiscalía decidió que sí había indicios para investigar un caso de violencia contra la chica, así que por eso él también espera un juicio al no haber aceptado la orden de alejamiento.
Conviene recordar cómo relató Héctor en su denuncia los hechos antes de entrar en la réplica de Andrés. Según consta en la denuncia a la que tuvo acceso ESdiario, Héctor regresaba a su domicilio sobre la hora de comer cuando se fijó en una pareja que caminaba hacia él. "Déjame en paz, no me pegues más, vete", asegura el agente que la chica le estaba gritando al chico.
Lo siguiente que vio fue al joven sujetar a la chica, que no paraba de llorar, para después propinarle un fuerte golpe con su rodilla en el abdomen. Lo relatado por el agente le pareció motivo de sobra para intervenir aun estando fuera de servicio. "Tú no te metas", fue lo primero que asegura que le gritó la chica nada más interesarse por su situación, a lo que el agente respondió diciéndole que él había visto la agresión y que le podía prestar ayuda si la necesitaba.
Lejos de aceptar su ayuda, Héctor asegura, y está reflejado en su denuncia, que el chico de 18 años reconoció haberla empujado pero que eso no era asunto suyo. Al ser guardia civil el agente lo sacó de su error para recordarle que cualquier delito que presenciara sí era asunto suyo. "Eres muy chulo tú para ser policía", fue la respuesta que obtuvo. Según el agente en ese momento lo que hubo fue un conato de agresión hacia él que acabó con la mano de Héctor impactando en la cara de Andrés.
"Nada de eso, él no se defendió porque yo le fuera a agredir. Lo que hizo fue darme un bofetón y luego, cuando le pedí su número de placa, me dijo que si lo que quería era llevarme otra". La versión de Andrés difiere de pe a pa en la ofrecida por el agente ante la Policía, sus superiores y el juzgado correspondiente.
Según el chico de 18 años había una pelea entre él y su novia, sí, pero niega que existiera ninguna agresión. "Mi novia y yo le dijimos que no se metiera, que no era asunto suyo. Él iba vestido de calle y con la compra y dijo que era guardia civil. Cuando le dijimos que no se metiera se marchó para su casa y yo ahí reconozco que le dije que era muy chulo para ser policía". Y en ese momento según Andrés el agente se volvió y le dio un bofetón.
Intencionado o no, lo cierto es que hubo impacto en el rostro del chico de 18 años, ambos protagonistas coinciden en eso, y por el motivo que fuera ese impacto fue lo único que pasó en la calle porque Héctor pudo irse y llegar a su domicilio sin novedad.
Una vez dentro de su casa sucedió este pasaje también explicado en su entrevista: "(…) de repente, escuchó como alguien aporreaba la puerta de su domicilio. Precavido, a través de la mirilla, pudo ver a un grupo de siete personas, entre ellos el agresor y la chica agredida, todos detrás de un tipo de unos 50 años, calvo, que mientras golpeaba la puerta con los puños gritaba "maricón, como te coja te reviento". Sin duda el líder de la algarada era un familiar adulto al que el joven maltratador le había ido con el cuento de que un policía le había pegado.
"Ese hombre era mi padre", explica Andrés, "busqué ayuda en alguien del tamaño del guardia civil que me acababa de pegar, pero con mi padre no se atrevió".
Dos versiones.
Como casi siempre pasa en este tipo de casos, ambas versiones son absolutamente contradictorias, así que habrá que enfrentarlas en un juicio y sopesarlas. En un plato de la balanza un agente fuera de servicio y camino de casa con la compra recién hecha decide intervenir en lo que él consideró una agresión machista y luego lo denuncia ante policía y sus propios superiores para que se persiga el delito que él asegura haber presenciado.
En el otro extremo ese mismo agente minutos antes de comer con su familia decide golpear de forma gratuita a un chaval de 18 años porque le ha llamado chulo. No se molesten en juzgar qué fue lo que realmente sucedió. Habrá dos juicios, uno por agresión con el agente como acusado, juicio en el que será asistido por Abogacía del Estado según el propio Héctor, y otro por maltrato con el joven Andrés en el banquillo. Ambas sentencias las conocerán a través de este diario.
esdiario.com
Alfonso Egea.
10/09/2020.
"Yo no soy un maltratador, el guardia civil se metió donde no debía"
Tras la entrevista con el agente denunciado por frenar una presunta agresión machista, habla el joven investigado por violencia de género. Abogacía del Estado defenderá al primero.
"Hola buenas. Yo sería el presunto agresor de esa historia". Así arranca el correo electrónico que llegó a la redacción de ESdiario horas después de que este medio publicara la entrevista con Héctor (nombre ficticio), un agente de la Guardia Civil denunciado por un joven de 18 años que asegura haber sido víctima de violencia física por parte del agente en cuestión sin que mediara provocación.
Para sustentar su versión de los hechos y su entrevista, Héctor facilitó a este periódico toda la documentación que se le fue requerida, como su denuncia, su ratificación ante el juzgado y la citación judicial que le supuso haber sido denunciado. De hecho, de entre esos documentos destaca en el que aparece como testigo, no como denunciado ni denunciante, en un caso de violencia de género cuyo investigado es el joven que ahora quiere dar su versión.
Para igualar el trato informativo este medio tampoco revelará datos de este chico de 18 años al que vamos a llamar Andrés. "Tengo un juicio pendiente sí, por violencia de género, pero si lo tengo es porque me ofrecieron aceptar una orden de alejamiento de cuatro meses de mi novia y no lo iba a hacer bajo ningún concepto"
La novia de Andrés no denunció los hechos relatados por Héctor a este periódico, pero Fiscalía decidió que sí había indicios para investigar un caso de violencia contra la chica, así que por eso él también espera un juicio al no haber aceptado la orden de alejamiento.
Conviene recordar cómo relató Héctor en su denuncia los hechos antes de entrar en la réplica de Andrés. Según consta en la denuncia a la que tuvo acceso ESdiario, Héctor regresaba a su domicilio sobre la hora de comer cuando se fijó en una pareja que caminaba hacia él. "Déjame en paz, no me pegues más, vete", asegura el agente que la chica le estaba gritando al chico.
Lo siguiente que vio fue al joven sujetar a la chica, que no paraba de llorar, para después propinarle un fuerte golpe con su rodilla en el abdomen. Lo relatado por el agente le pareció motivo de sobra para intervenir aun estando fuera de servicio. "Tú no te metas", fue lo primero que asegura que le gritó la chica nada más interesarse por su situación, a lo que el agente respondió diciéndole que él había visto la agresión y que le podía prestar ayuda si la necesitaba.
Lejos de aceptar su ayuda, Héctor asegura, y está reflejado en su denuncia, que el chico de 18 años reconoció haberla empujado pero que eso no era asunto suyo. Al ser guardia civil el agente lo sacó de su error para recordarle que cualquier delito que presenciara sí era asunto suyo. "Eres muy chulo tú para ser policía", fue la respuesta que obtuvo. Según el agente en ese momento lo que hubo fue un conato de agresión hacia él que acabó con la mano de Héctor impactando en la cara de Andrés.
"Nada de eso, él no se defendió porque yo le fuera a agredir. Lo que hizo fue darme un bofetón y luego, cuando le pedí su número de placa, me dijo que si lo que quería era llevarme otra". La versión de Andrés difiere de pe a pa en la ofrecida por el agente ante la Policía, sus superiores y el juzgado correspondiente.
Según el chico de 18 años había una pelea entre él y su novia, sí, pero niega que existiera ninguna agresión. "Mi novia y yo le dijimos que no se metiera, que no era asunto suyo. Él iba vestido de calle y con la compra y dijo que era guardia civil. Cuando le dijimos que no se metiera se marchó para su casa y yo ahí reconozco que le dije que era muy chulo para ser policía". Y en ese momento según Andrés el agente se volvió y le dio un bofetón.
Intencionado o no, lo cierto es que hubo impacto en el rostro del chico de 18 años, ambos protagonistas coinciden en eso, y por el motivo que fuera ese impacto fue lo único que pasó en la calle porque Héctor pudo irse y llegar a su domicilio sin novedad.
Una vez dentro de su casa sucedió este pasaje también explicado en su entrevista: "(…) de repente, escuchó como alguien aporreaba la puerta de su domicilio. Precavido, a través de la mirilla, pudo ver a un grupo de siete personas, entre ellos el agresor y la chica agredida, todos detrás de un tipo de unos 50 años, calvo, que mientras golpeaba la puerta con los puños gritaba "maricón, como te coja te reviento". Sin duda el líder de la algarada era un familiar adulto al que el joven maltratador le había ido con el cuento de que un policía le había pegado.
"Ese hombre era mi padre", explica Andrés, "busqué ayuda en alguien del tamaño del guardia civil que me acababa de pegar, pero con mi padre no se atrevió".
Dos versiones.
Como casi siempre pasa en este tipo de casos, ambas versiones son absolutamente contradictorias, así que habrá que enfrentarlas en un juicio y sopesarlas. En un plato de la balanza un agente fuera de servicio y camino de casa con la compra recién hecha decide intervenir en lo que él consideró una agresión machista y luego lo denuncia ante policía y sus propios superiores para que se persiga el delito que él asegura haber presenciado.
En el otro extremo ese mismo agente minutos antes de comer con su familia decide golpear de forma gratuita a un chaval de 18 años porque le ha llamado chulo. No se molesten en juzgar qué fue lo que realmente sucedió. Habrá dos juicios, uno por agresión con el agente como acusado, juicio en el que será asistido por Abogacía del Estado según el propio Héctor, y otro por maltrato con el joven Andrés en el banquillo. Ambas sentencias las conocerán a través de este diario.
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Re: Un guardia civil a juicio por defender a una mujer de una agresión machista.
Vie 11 Sep 2020, 02:03
Pues como suele ser y siempre debería de ser , que lo aclaren delante de un Juez y esté sea el que diga quién de los dos miente .
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Re: Un guardia civil a juicio por defender a una mujer de una agresión machista.
Lun 21 Sep 2020, 10:38
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