Balconazis y otras gentes de mal vivir

‘Policía de balcón’: cuando el vecino se erige en autoridad
La ansiedad empuja a algunos ciudadanos a recriminar conductas que juzgan inadecuadas

TONI MUÑOZ - 02/05/20

Un fenómeno ha emergido a la par que la pandemia. Son vecinos angustiados y cabreados que se erigen en autoridad y lanzan advertencias, reproches y amenazas a cualquier persona que ven por la calle y cuyo comportamiento juzgan irregular. A los protagonistas de estas conductas se los ha bautizado de múltiples maneras: “Policía de balcón”, el “sheriff de la escalera” o el “ciudadano vigilante”. Las datos corroboran que los ciudadanos están más alerta que nunca.

Las llamadas a la Guardia Urbanas de Barcelona de personas que veían a gente en la calle que supuestamente quebrantaba el confinamiento se han disparado y alcanzaron las 609 durante los primeros diez días. Hace una semana la salida de los niños a la calle multiplicó los reproches y no es descabellado pensar que estas escenas se repitan hoy cuando algunos ciudadanos salgan a pasear y a hacer deporte al aire libre. Lejos de encarnar el espíritu de ciudadano ejemplar, el fenómeno del policía de balcón esconde un comportamiento peligroso con algunos tintes autoritarios que cabe entender fruto de la ansiedad que provoca el confinamiento, según advierten los expertos.

La acción del policía de balcón, sin embargo, deja situaciones incómodas como la que vivió Alba. La mujer vive en Sant Feliu de Llobregat con su marido y sus dos hijos, de 6 y 2 años, en un piso de 65 metros cuadrados con un balcón diminuto. El sábado pasado, el día antes de que los niños pudieran salir a la calle, Alba salió a comprar el pan junto a sus “dos terremotos”, como los define ella, porque su marido estaba en el trabajo. Fue a la panadería que queda a la vuelta de la esquina y en el camino se cruzó con un vecino a quien saludó a varios metros de distancia. Hablaron apenas dos minutos, tiempo suficiente para que otro vecino que los observaba desde el balcón se molestara y decidiera recriminar aquella actitud lanzándole a Alba una manzana que a punto estuvo de alcanzarla. “Fue intencionado y venía de muy arriba, nos podía haber hecho mucho daño. La gente está fatal”, lamenta con indignación.

La sensación de sentirse permanentemente vigilada sobrecoge a Anna cada día que saca a su perro a pasear, actividad autorizada por el Gobierno desde el principio del confinamiento. Desde el principio los vecinos controlan cuándo sale y cuándo vuelve. “El primer día el perro nada más salir del portal fue a unos árboles a hacer pipí y un vecino me gritó: ‘Eh, que aquí no puede mear el perro’. Desde entonces, cada día que el perro se acerca al árbol oigo un chasquido que me avisa de que me están vigilando. Cuando vuelvo de pasear, a veces me señalan. En otras ocasiones, me dicen: ‘Venga, vete para casa que no puedes estar en la calle’”. Estas dos situaciones son un ejemplo de vecinos que se han erigido en vigilantes de seguridad que controlan lo que sucede en la calle sin tener ninguna autoridad para ello.

Es la manifestación de lo que se denomina el control social que en casos de ansiedad y de miedo afloran de manera más pronunciada. “Una sociedad siempre tiene control social, de lo contrario no podríamos vivir juntos. Es un control autoimpuesto por los ciudadanos que consiste en establecer cómo nos relacionamos entre todos y que sirve para establecer una serie de normas que compartimos y que, al mismo tiempo, marcan los límites de nuestra libertad”, subraya Cristina Sánchez Miret, profesora titular de Sociología de la Universitat de Girona. No obstante, en situaciones excepcionales como la actual en la que hay miedo, “este tipo de comportamientos como los de la policía de balcón, crecen y lo que es peor, son tolerados por el resto. Todo esto puede ser muy peligroso”.

Un factor importante que ayuda a entender el fenómeno es el miedo. El pánico social que la pandemia ha inoculado a muchos ciudadanos. En una sociedad invadida por el temor, los ciudadanos se vuelven más vigilantes y las denuncias y delaciones sobre conductas supuestamente impropias se convierten en más habituales, subraya la socióloga. Lo contó a la perfección George Orwell en 1984, libro que describe un régimen totalitario en el que el miedo es una factor de cohesión que a la vez provoca que los ciudadanos se delaten los unos a otros para combatir las supuestas amenazas que desestabilizan a la sociedad. Los propios hijos traicionan a sus padres cuando detectan un comportamiento inadecuado. Toda la sociedad es espía y los ciudadanos son vigilantes activos. “Todos somos observadores de las normas, entre todos regulamos la convivencia pero esto no significa que nos arroguemos según qué atribuciones.”, avisa la socióloga.

El comportamiento excesivamente vigilante de estos vecinos también tiene una explicación psicológica. La directora del Centro de Terapia Breve Estratégica de Barcelona, Júlia Pascual, considera que a algunos ciudadanos la existencia del coronavirus los aboca a una realidad incierta que les genera angustia y esto “provoca tristeza, rabia, ira y miedo”. La psicóloga interpreta que las broncas o incluso los insultos que profieren algunos vecinos contra otros por supuestamente incumplir las normas del confinamiento les ayudan a calmar esa angustia porque entienden que estan “contribuyendo a combatir el coronavirus”. “Es una solución disfuncional de la angustia que les funciona. Intentar ganar la guerra del coronavirus de forma agresiva y trasladan esa agresividad hacia los demás. Es peligroso porque las personas se enganchan y cuando lo hacen se sienten mejor. Psicológicamente caen en una trampa y en un círculo vicioso que funciona con la angustia. Al día siguiente, como no desaparece pueden acabar llegando a las manos con un ciudadano. Es peligroso”, coincide Pascual.

La ciudadanía ha tolerado en su mayoría la restricción de sus libertades en favor de una mayor seguridad que permita limitar la propagación de la Covid. Como se ha visto, muchos vecinos las han asumido y se han abanderado como garantes del cumplimiento de estas limitaciones sin cuestionarse que quizás algunas de ellas, como el derecho a la libertad de movimientos, podían vulnerar los derechos fundamentales. Así lo cree el profesor de Derecho Procesal de la Universitat de Barcelona, Jordi Nieva, que considera que el estado de alarma no puede suponer una cancelación del derecho de circulación. “Puede haber limitaciones pero no la cancelación del derecho”. Pone de ejemplo cómo se han interiorizado falsas creencias, “como que se tiene que ir al supermercado más cercano o que la policía puede revisar la compra. “Esto no lo dice el decreto de alarma”, advierte Nieva. “La ciudadanía debería tener una mayor consciencia de lo que los americanos llaman ‘ the right to be let alone ’, el derecho a que nos dejen en paz”.

Las situaciones de miedo en las que los ciudadanos secundan la restricción de sus libertades para proteger el bien común pueden conllevar “abusos de autoridad de las fuerzas de seguridad”, advierte. “La policía ha actuado bien en la mayoría de los casos pero hemos visto algunos excesos”, remarca. Por esta razón, ve imprescindible que los ciudadanos conozcan cuáles son sus derechos. “Ni siquiera en situaciones tan extremas como esta se nos pueden vulnerar nuestros derechos como ciudadanos”.

Fuente, lavanguardia.com

Miedo me daria si viniera una guerra de verdad con determinados vecinos y personajes que dirian rapidamente al enemigo de que signo politico eres y te harian matar, asi vamos como sociedad y esto es un ejemplo.
En mi casa me enseñaron que tenemos dos ojos , dos oidos pero solo una boca, algo querra decir, ver oir y callar es la mejor forma de ir por la vida salvo que esten matando a alguien o agrediendo a alguien al que hay que socorrer que eso siempre es lo primero pero si un vecino hace esto o aquello, que haga lo que quiera, cuando llego a mi casa quiero estar tranquilo y me importa un pimiento lo que hagan los vecinos.
Mira que he visto de cosas este confinamiento en la calle, pues ni he llamado a la policia ni he llamado la atencion a nadie porque yo se como me pongo cuando alguien me llama la atencion.

Se chivan porque creen que contribuyen al bien común a causa del miedo y la incertidumbre... ¿o es para colgarse algún tipo de medalla imaginaria pensando que son "los salvadores de la humanidad?
¿Bien común, o medalla? No se sabe.
Pero la cabeza no la usan. Eso no entra dentro de sus planes mentales. ¿Para qué? Si ya piensan "otros" por ellos.

Por otra parte, no se si dudar de que ésto de los chivatos no sea un poco mentira, y sean 4 vecinos los que lo hagan. Tal vez estén agrandando ésta cuestión en ciertos medios para que la gente tenga aún más miedo a salir por si alguien le tira algo, o le hace algo a su coche.

Yo no he visto nada de eso en directo contra nadie. Es más, pienso que a la gente le hace sentirse más segura ver a alguien desde sus ventanas, porque les hacen sentir menos soledad.

Esto no quita que haya 4 chivatos que lo hagan, igual que siempre hay gente para todo. Pero creo que éste tipo de noticias son más bien una manera de incrementar el miedo en la población, y distraer su atención de la verdadera realidad que la rodea, y que la va a rodear más aún "en breve".

También es verdad que el gobierno con sus palmeros a la cabeza ( casi todas las TV y Radios ) han fomentado con el ( quedate en casa ) que para eso ya se ocupó Sánchez de soltar les 15 millones y no gastarlos en EPIS para los sanitarios por ejemplo y que el ciudadano de a pie se ofusque ya que desde un principio y aún ahora siguen con la cantinela de que todos esos que se saltan la cuarentena y pasan de todo son a la postre los que van a conseguir que esto dure mucho más ya que si se infestan habrá que volver al principio del confinamiento .

Luego también es verdad que hay cierto personaje que le gusta un lío más que  un crío un chupachus .

Tal como yo lo veo, el problema, por llamarlo de alguna manera, tiene dos vertientes. La Primera está formada por los energúmenos que se han auto proclamado "vigilantes del confinamiento". Execrable. La Segunda es la de los "quedos". Formada por las personas que no reaccionan les digan y les hagan lo que les hagan. Os aseguro que si a cualquiera de los que vivimos en casa nos tiran una manzana o nos dicen algo que nos parezca inoportuno al sacar los perros o cuando sea, quien lo haga está una semana estreñido y se hace fan del César Millán. No se si me explico. Pregunto: Esta gente a las que se le increpa, Qué no tiene familia? Qué no sabe reaccionar?. Os cuento anécdota personal. Uno de los perros de la familia ladra bastante cuando queda solo. Ya no porque lleva collar antiladrido. Una de las vecinas de la cera de enfrente, la única que lo ha hecho, me amenazó en su día con que al perro le podía pasar algo si seguía ladrando. Simplemente, con toda la calma, le dije que si el perro vomitaba era a ella la que le podía pasar algo. Cuando me ve cambia de acera. Eso si, le doy el buen día muy educadamente.

Bien dicho Ferrari, el otro dia yo iba al medico por los pies ya que se me hinchan y ahora estoy de baja y ademas andaba cojeando y me tuvo que llevar mi hija y unos policias al final de la ecera cerca del medico sancionabana dos chicas que iban juntas con un carrito de niño y los mossos alli escribiendo como bellacos , pues unos barrenderos a lo lejos , ojo me avisaban por mi bien parece ser, me decian no vayas para alli que esta la policia, no vayas casi gritando y con señas y yo en vez de tomarme bien el aviso lo mande a tomar por saco y encima le dije que se metiara en su vida y no en la mia, despues comprendi que me lo decia por un bien y le dije no te he entendido pensaba que me echabas la bronca, tio disculpame le dije y ahi quedo todo, y al pasar al lado de la policia uno ya nos controlaba hacia rato a mi hija y a mi y me pregunta donde vais, yo le digo a casa que venimos del medico y me dice quiero ver el papel y le digo mejor mira mis piernas , no ves que no puedo caminar y me lleva mi hija y le enseño las piernas tope hinchadas y me dice hay que llevar papel del medico y yo le digo no me han dado papel porque me envian la receta y todo por correo y si tienes alguna duda ves alli a mi medico y que te lo explique y me dice vale pero separaros mas y le digo ok pero si es mi hija y me dice eso a mi no em importa debeis estar a dos metros juerr y al final le digo ok gracias, y asi estabamos siempre y asi estaremos hasta que esto no acabe, la policia esta abusando un poco y la gente tambien es algo insconciente por no decir otras cosas.

josepmarti escribió:Bien dicho Ferrari, el otro dia yo iba al medico por los pies ya que se me hinchan y ahora estoy de baja y ademas andaba cojeando y me tuvo que llevar mi hija y unos policias al final de la ecera cerca del medico sancionabana  dos chicas que iban juntas con un carrito de niño y los mossos alli escribiendo como bellacos , pues unos barrenderos a lo lejos , ojo me avisaban por mi bien parece ser, me decian no vayas para alli que  esta la policia, no vayas casi gritando y con señas y yo en vez de tomarme bien el aviso lo mande a tomar por saco y encima le dije que se metiara en su vida y no en la mia, despues comprendi que me lo decia por un bien y le dije no te he entendido pensaba que me echabas la bronca, tio disculpame le dije y ahi quedo todo, y al pasar al lado de la policia uno ya nos controlaba hacia rato a mi hija y a mi y me pregunta donde vais, yo le digo a casa que venimos del medico y me dice quiero ver el papel y le digo mejor mira mis piernas , no ves que no puedo caminar y me lleva mi hija y le enseño las piernas tope hinchadas y me dice hay que llevar papel del medico y yo le digo no me han dado papel porque me envian la receta y todo por correo y si tienes alguna duda ves alli a mi medico y que te lo explique y me dice vale pero separaros mas y le digo ok pero si es mi hija y me dice eso a mi no em importa debeis estar a dos metros juerr y al final le digo ok gracias, y asi estabamos siempre y asi estaremos hasta que esto no acabe, la policia esta abusando un poco y la gente tambien es algo insconciente por no decir otras cosas.

Algo parecido pasa aquí. Cuando la Policía se aburre se pone en lugares estratégicos para ver a quien pilla

Una ciudad de España - Segovia:

Los ‘vigilantes de balcón’ disparan las llamadas a la policía.

acueducto2.com
20/05/2020.

...
La concejala de Seguridad, Raquel de Frutos, ha puesto cifras a la actividad de la Policía Local y Bomberos, servicios que han sufrido el ataque del virus, con cinco bomberos y dos policías locales contagiados, todos ellos ya en activo. “Ahora mismo no hay ningún contagiado”, sostuvo reiteradamente la edil.

Pese a no haber actividad en la calle, el teléfono de la Policía Local ha sonado en este tiempo un 30 por ciento más que en momentos de normalidad. Se trataba mayoritariamente del resultado del activo “trabajo” de los “vigilantes de balcón”, ciudadanos que denunciaban a otros por presuntas infracciones del confinamiento observadas desde sus balcones o ventanas.

No es extraño que con esa amplia red de vigilancia los agentes locales redactaran más de 900 propuestas de sanción y practicaran 11 detenciones por casos de reiteración o resistencia a la autoridad.

La convivencia en domicilios y comunidades no siempre es fácil. Ha habido desde marzo 21 intervenciones motivadas por conflictos entre miembros de la misma familia o residente en la misma casa y más del triple, 73, por problemas entre vecinos por ruidos, música o molestias en la mayoría de los casos, siempre de acuerdo con los datos facilitados por De Frutos.

"Se trataba mayoritariamente del resultado del activo “trabajo” de los “vigilantes de balcón”, ciudadanos que denunciaban a otros por presuntas infracciones del confinamiento observadas desde sus balcones o ventanas."

En tiempos de "Igualdad", y como buenos ciudadanos que somos,
Hoy por tí - mañana por mí.
Ya llegará el día en que cuando les apliquen la misma cultura ciudadana,
verán que de lo que se siembra, se termina recogiendo cosecha.
Pero entonces no lo entenderán como tal y mostraránse oportunamente ofendid@s.
Y es que aunque son tiempos de "Igualdad",
realmente, no somos tod@s iguales.
Gracias también a quien corresponda.