ABRIMOS NUEVO CONCURSO AL MEJOR POST DE SEGURIDAD PRIVADA

Concurso del mejor post sobre seguridad privada!
Objetivo: Redactar el mejor post sobre un tema específico relacionado con la seguridad privada, con una extensión mínima de 400 palabras.

Formato: El post debe ser original y tener un estilo propio, como un trabajo de investigación o análisis. Se valorará la profundidad del tema, la calidad de la información y la originalidad del enfoque.

Duración del concurso: 60 días.

Participación:

Mínimo de 10 participantes.
Los posts se publicarán en un único hilo dentro del apartado de concursos.
Se podrán presentar tantos posts como se desee, aumentando las posibilidades de ganar.
Selección del ganador:

Votación popular mediante encuesta.
Se habilitará la encuesta al final del concurso.
Premio:

50€ EN METALICO, UNOS GUANTES ANTI CORTE  Y UN POLO AZUL MARINO TALLA XL CON  LOGOTIPO DE FORODEVIGILANTES.COM MARCA FRUIT OF THE LOOMS , EL SERIGRAFIADO ES EN UN SOLO COLOR AZUL MAS CLARITO
Una vez que recibamos los acabados, tomaremos algunas fotografías y las compartiremos en este mismo hilo. Sin embargo, aún pasarán aproximadamente 15 días antes de que esto ocurra.
¿Cómo participar?:



Elige un tema específico relacionado con la seguridad privada.
Investiga y analiza el tema en profundidad.
Redacta un post original de mínimo 400 palabras.
Publica tu post en el hilo del concurso.
Comparte el concurso con tus amigos y colegas para aumentar la participación.
Beneficios de participar:


EL POLO
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Compartir tu conocimiento con la comunidad.
Aprender de otros profesionales del sector.
Ganar un premio por tu trabajo.
Mejorar tu visibilidad en el foro.
¡Anímate a participar y conviértete en el experto en seguridad privada!

¿Qué te parece la idea?

¿Te gustaría participar?

BASES DEL CONCURSO

Concurso de Participación Continuada sobre Seguridad Privada

¡Bienvenidos al Concurso de Participación Continuada sobre Seguridad Privada! Este evento se llevará a cabo desde el lunes 8 de abril hasta el lunes 10 de junio de 2024. Durante este período, los participantes deberán contribuir con tantos posts como deseen en este hilo, abordando temas relacionados con la seguridad privada. Los argumentos pueden incluir, entre otros, tecnología de seguridad, vigilancia, empresas del sector, roles de mandos intermedios, y más.
Minimo del post 400 palabras

Premios:

El único ganador del concurso será recompensado con 50 € en efectivo , unos guantes anti corte y un polo talla xl color azul marino marca fruit of de looms  con el logotipo del forodevigilantes en el lado izquierdo del pecho en azul claro , un solo color.

Método de Elección del Ganador:

La elección del ganador se realizará mediante un sistema de votación popular, habilitado al final del concurso. Los votantes tendrán un margen de 10 días para votar a través de una encuesta.

PARA QUE EL CONCURSO SE LLEVE A CABO DEBERA HABER UN MINIMO DE 10 PARTICIPANTES POR ESO ES MUY INTERESANTE QUE ANIMEIS A COMPAÑEROS A PARTICIPAR EN REDES SOCIALES ETC

¡Esperamos con entusiasmo sus contribuciones y les deseamos mucha suerte a todos los participantes!

Me apunto al concurso y esta semana os pondre un articulo mio a ver si ganamos

Yo me apunto tambien y mañana mismo cuando dice que esto empieza ya teneis mi comentario de 400 palabras que exige el concurso que 50 eurillos no vienen mal y los guantes asi no me los compro que mi empresa no da ni las gracias

Mañana no podre conectarme que voy de noche asi que si os parece bien empiezo ahora y lo teneis en cuenta para mañana si estais de acuerdo, gracias.

Aqui va mi concurso

La desprotección de los vigilantes de seguridad: un problema que exige soluciones

Las empresas de seguridad privada proliferan en un mercado en constante crecimiento, donde la seguridad se ha convertido en una necesidad básica. Sin embargo, tras la fachada de protección y control se esconde una realidad preocupante: la desprotección de los propios vigilantes de seguridad, a quienes se les exige una labor compleja con escasa consideración por parte de sus empresas y, en ocasiones, de los clientes.

Los vigilantes de seguridad son la primera línea de defensa en multitud de espacios, desde centros comerciales hasta eventos multitudinarios. Su labor, lejos de ser meramente pasiva, implica una gran responsabilidad: control de accesos, prevención de delitos, atención al público, e incluso intervención en situaciones de riesgo. Sin embargo, a pesar de la importancia de su función, se encuentran en una situación vulnerable.

Las empresas de seguridad, en su afán por abaratar costes y aumentar beneficios, someten a sus vigilantes a condiciones precarias. Salarios ínfimos, jornadas interminables, falta de formación adecuada y escaso apoyo legal son solo algunos de los problemas que enfrentan.

Esta precarización laboral se traduce en una desprotección evidente. Los vigilantes se ven obligados a asumir funciones que no les competen, como tareas de limpieza o atención al cliente, sin la formación ni el equipamiento necesarios. Además, se les exige mantener una actitud servicial y complaciente con los clientes, incluso cuando estos incurren en faltas de respeto o incluso agresiones.

Las empresas, en lugar de defender a sus trabajadores y garantizar su seguridad, a menudo se escudan en la responsabilidad individual del vigilante o incluso los presionan para que no denuncien las situaciones de abuso. Esta falta de respaldo deja a los vigilantes en una posición de indefensión, sin recursos para afrontar las dificultades y riesgos inherentes a su trabajo.

Es necesario un cambio urgente en el sector de la seguridad privada. Las empresas deben asumir la responsabilidad por la seguridad y el bienestar de sus empleados, proporcionándoles condiciones laborales dignas, formación adecuada y apoyo legal.

Asimismo, es fundamental que los clientes reconozcan la importancia de la labor de los vigilantes de seguridad y les traten con el respeto que merecen. Solo mediante la concienciación y la acción conjunta se podrá mejorar la situación de este sector vital para la seguridad de nuestra sociedad.

La desprotección de los vigilantes de seguridad es un problema que no puede seguir ignorándose. Se necesitan medidas contundentes para garantizar sus derechos y proteger su integridad, tanto física como profesional. Es hora de dignificar la labor de estos profesionales y reconocer su papel fundamental en la seguridad de nuestro entorno.

Yo tambien me apunto y durante la semana ya escribire lo que se me ocurra a ver como lo hago, de mientras voy pillando informacion

Me apunto pero no se muy bien de que va y que tengo que hacer, ah si hacer un comentario de 400 palabras que tenga un tema de seguridad privada , a ver como me lo hago que ahora estoy en blanco pero el premio siendo algo triste es un premio y nunca se sabe

BUENAS NOCHES , ME APUNTO CON ESTE PRIMER COMENTARIO QUE ESPERO CUMPLA LAS NORMAS DE MOMENTO Y SI PUEDO Y SEGUN VEA YA HAGO MAS

LOS MEDIOS TECNICOS Y EL CONOCIMIENTO POR PARTE DE LOS VIGILANTES DE SEGURIDAD

Los medios técnicos de seguridad constituyen un conjunto de herramientas y sistemas diseñados para fortalecer la protección de espacios físicos, bienes y personas. En la era digital y tecnológica actual, estos medios han evolucionado significativamente, incorporando desde sistemas básicos de alarma hasta complejas redes de vigilancia CCTV y avanzados sensores de movimiento.
Para los vigilantes y personal de seguridad, comprender el funcionamiento, gestión y mantenimiento de estos sistemas es muy importante, ya que les permite aumentar su eficacia operativa y garantizar una respuesta rápida ante posibles incidencias o amenazas.

Entre estos medios, las cámaras de seguridad CCTV representan los ojos del sistema, proporcionando una vigilancia constante que puede ser controlada en tiempo real o grabada para futuras consultas; su correcta instalación y ubicación son básicas para abarcar puntos críticos y ángulos muertos.
Los sensores de movimiento, por otro lado, son el pulso del sistema, capaces de detectar presencias no autorizadas y activar protocolos de alarma o notificación según su programación, lo cual requiere de una calibración precisa para evitar falsos positivos y asegurar una cobertura adecuada.
La central de alarmas actúa como el cerebro, recibiendo señales de diversos sensores y cámaras, procesándolas para, en caso de ser necesario, emitir alertas a los equipos de seguridad o a las autoridades, lo cual demanda un entendimiento profundo de su configuración y gestión por parte de los vigilantes.

Además, los sistemas de control de acceso, ya sean mediante tarjetas magnéticas, reconocimiento biométrico o códigos numéricos, añaden una capa adicional de seguridad al restringir el ingreso a zonas sensibles únicamente a individuos autorizados, lo que implica un conocimiento técnico sobre su operativa y posibles vulnerabilidades.
La interconexión entre estos componentes a través de redes informáticas ha abierto la puerta a soluciones de seguridad integradas, donde la gestión centralizada permite una visión global del estado de seguridad, pero también plantea desafíos en términos de ciberseguridad y protección de datos, ámbitos en los que los vigilantes deben estar cada vez más formados.

Por tanto, la preparación continua en nuevas tecnologías, protocolos de emergencia, primeros auxilios y habilidades de comunicación es indispensable en este sector, permitiendo a los profesionales de la seguridad no solo operar estos medios técnicos sino también adaptarse a las dinámicas cambiantes de las amenazas a la seguridad.
Los vigilantes de seguridad debemos estar preparados para los cambios que vienen a nivel tecnologico

Me apunto tambien con este articulo mio o comentario

Soy de Barcelona y por tanto me gustaria realizar un escrito sobre la seguridad en Barcelona en servicios en tiendas

La Realidad Diaria de un Vigilante de Seguridad en las Tiendas de Barcelona
Desde mi puesto en el umbral de una tienda en el corazón de Barcelona, observo el ir y venir de la gente, vigilante y siempre alerta. Ser vigilante de seguridad aquí es asumir un papel importante pero, a menudo, incomprendido, en la protección de bienes y personas. A través de mi experiencia, me he enfrentado a riesgos y desafíos que pocos fuera de esta profesión pueden imaginar. Hoy deseo compartir un vistazo a nuestra realidad, enmarcada por leyes y constantes peligros.

Nuestra Guía: La Ley de Seguridad Privada y la LECrIM
Nuestro actuar se encuentra rigurosamente definido por la Ley 5/2014, de Seguridad Privada, que establece las bases de nuestra profesión, desde la formación requerida hasta las condiciones bajo las cuales podemos intervenir. Esta ley es nuestra biblia, garantizando que nuestra presencia sea sinónimo de seguridad y profesionalismo.

Por otro lado, el artículo 490 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal nos otorga la capacidad de actuar en casos de flagrante delito. Esta responsabilidad no es menor; requiere de un juicio rápido y preciso, siempre con el respeto a los derechos de todos como estandarte.

Frente a Frente con el Peligro
Cada día al vestir mi uniforme soy consciente de los riesgos a que me enfrentaré. Trabajar solo amplifica estos peligros, haciéndome blanco de delincuentes que no dudan en usar la violencia. Las amenazas y agresiones son, lamentablemente, parte de mi rutina laboral. La sensación de vulnerabilidad nunca desaparece del todo, alimentada por historias de compañeros heridos o peor.

Esta realidad pone en relieve la importancia de una preparación continua. Las técnicas de defensa personal, el manejo de conflictos y saber primeros auxilios son habilidades tan necesarias como respirar. Sin embargo, más allá de la preparación física, es esencial contar con el apoyo legal y emocional por parte de nuestras empresas de seguridad y la sociedad. Solo así podemos sentirnos respaldados en nuestra labor diaria.

La Voz de la Experiencia
Ser vigilante de seguridad en Barcelona es asumir un rol de guardianes silenciosos. A pesar de los desafíos y los peligros, hay una satisfacción profunda en saber que somos piezas clave en el bienestar de nuestra comunidad. No obstante, es básico que se reconozca nuestra labor y se nos provea de las herramientas y el respaldo necesarios para desempeñar nuestras funciones con seguridad

La sociedad necesita entender que detrás de cada uniforme hay una persona que se enfrenta diariamente a situaciones que la mayoría preferiría evitar. Nuestro compromiso es firme, pero nuestro bienestar y seguridad también deben ser prioridad. En última instancia, un vigilante de seguridad protegido y valorado es sinónimo de una sociedad más segura para todos.

ramoncugat

me apunto Tambien y ahi va el tema elegido

VIGILANTES EN DISCOTECAS CON CONTROLADORES DE ACCESOS QUE QUIEREN MANDAR

La Seguridad en Discotecas: Un Esfuerzo Conjunto Más Allá del Músculo
En el vibrante mundo nocturno, las discotecas se presentan como epicentros de diversión y desenfreno. Sin embargo, detrás del ritmo y las luces, existe una constante y crítica batalla por la seguridad. Mi experiencia personal como vigilante en eventos y discotecas revela un escenario donde la presencia y acción del personal de seguridad, incluidos los controladores de acceso, juegan un rol determinante en el mantenimiento de un ambiente seguro y agradable para todos.

La Primera Línea: Vigilantes y Controladores de Acceso
Contrario a la percepción común, la seguridad en las discotecas no recae únicamente en individuos altos y fornidos sin formación en seguridad privada. Aunque estos controladores de acceso son fundamentales, su papel se complementa significativamente con el de los vigilantes de seguridad privada, quienes están debidamente formados y certificados. En mi experiencia, el vigilante de seguridad suele estar en la puerta, manejando arcos detectores de metales para prevenir la entrada de armas, una medida esencial para la seguridad de los asistentes.

Normativa y Aforos: La Regulación de la Seguridad
La normativa vigente estipula claramente la relación entre el aforo de un local y el número necesario de controladores y vigilantes de seguridad. Esta regulación busca garantizar una vigilancia adecuada y eficiente, permitiendo una rápida respuesta ante cualquier incidente. La capacidad de prevenir y actuar frente a peleas, robos y el consumo de drogas dentro de las instalaciones es una responsabilidad primordial de nuestro equipo. Estas acciones no solo requieren fuerza física, sino también una capacidad de mediación y gestión de conflictos altamente desarrollada.

Desafíos en el Frente
A lo largo de mi carrera, las agresiones han sido una realidad palpable, un riesgo ocupacional inherente a la labor de garantizar la seguridad en un ambiente propenso a los excesos. Sin embargo, he sido testigo de la solidaridad y protección brindada por los controladores de acceso, quienes, a pesar de no ser personal de seguridad privada, no han dudado en defenderme en situaciones de riesgo. Esta cooperación subraya la importancia de un equipo unido y el apoyo mutuo como pilares de la seguridad.

Buenas tardes me apunto al concurso y como ejemplo de los anteriores concursantes Tambien voy a escribir sobre un hecho propio en mi servicio

La otra noche estaba currando como vigilante en las fiestas de Cádiz, ¿sabes? Andaba en paro, así que acepté el curro para vigilar la entrada de un evento. Todo iba tranqui hasta que, más o menos a las 2 de la mañana, llega un grupo de tíos bien pedos, buscando entrar.

Yo, como era mi deber, les dije que nanai, que no podían pasar en ese estado. Pero en lugar de calmarse, se pusieron violentos conmigo. Me vi rodeado de estos tipos que querían liarla.

Por suerte, llamé a mis compis y al jefe por la radio pidiendo ayuda. Pero antes de que llegaran, la cosa se puso más fea. Estos tipos no estaban solos, tenían más colegas detrás. Cuando mis compañeros llegaron, tuvieron que sacar sus defensas para controlar el asunto.

La poli también tuvo que intervenir para parar el jaleo. Pero en medio del lío, recibí un golpe en la cabeza con una botella. Me dejaron en mal estado y tuvieron que llevarme al hospital.

Después de dos años, ahora me toca enfrentarme a  un juicio por lo que pasó esa noche. Ya no trabajo para esa empresa de seguridad, pero me han dicho que igual tengo que ir al juzgado.

Es una situación dura y triste, pero así es la vida de un vigilante. A veces toca enfrentarse a situaciones complicadas como esa. Solo espero que mi historia sirva para entender los retos a los  que nos enfrentamos en el curro y la importancia de tener apoyo cuando las cosas se ponen feas.

Te digo de frente, este rollo de ser vigilante pa' fiestas no vale un carajo. En mi barrio, no hay curro, así que toca agarrar cualquier traba jucho de mierda que salga, aunque sea una basura.
Esa noche en las fiestas de Cádiz, estaba ahí de vigilante, pero lo que no te cuentan es que los curros así, esporádicos y temporales, son una pérdida de tiempo. No valen la pena ni por la pasta que te dan. Pero claro, ¿qué opciones tienes cuando no hay curro en la zona?
Los fiesteros se pusieron como locos, queriendo entrar como si fueran los amos del mambo. Yo solo traté de hacer mi trabajo, pero terminé en medio de una bronca de la que casi no salgo vivo.
Ahora, después de ese jaleo, me toca ir a juicio. ¡Qué rabia! Y no es que quiera ir, pero parece que no tengo opción. La justicia, qué risa.
En fin, si algo me enseñó esta experiencia, es que trabajar de vigilante en fiestas es un desperdicio de tiempo y una bronca asegurada. No te lo recomiendo ni aunque te paguen el oro. Mejor buscar algo más decente y seguro, aunque sea menos pasta.

Me ha llegado un correo sobre este concurso y solo escribo para decir que quiero participar. El rollo es que todavía no tengo claro sobre qué escribir, así que estoy pensando a ver qué se me ocurre.

Ah, y otra cosa, si gano el dinero, prefiero que me lo manden por Bizum en vez de hacer un ingreso en cuenta. Es que soy más de Bizum, ¿sabes?

En fin, estoy dándole vueltas a ver qué hago, pero seguro que me lanzo al concurso. Sin falta

Como dije ayer aqui va mi comentario para el concurso y espero ganar asi que ya sabeis votadme a mi

Como vigilante de seguridad, siempre he aspirado a más. Aunque mi trabajo es importante para garantizar la seguridad en diferentes lugares, siento que necesito progresar en mi meta. Recientemente, me han ofrecido la oportunidad de sacarme habilitaciones adicionales, como la de explosivos o escolta, que podrían abrirme nuevas puertas en el campo de la seguridad privada.

Sin embargo, también me han planteado la posibilidad de obtener la TIP de director de seguridad. Esta es una oportunidad emocionante, pero me encuentro con un obstáculo: no tengo el bachillerato u otro título equivalente necesario para acceder a este nivel. Es frustrante sentir que mi progreso está limitado por la falta de educación formal.

Además, me han ofrecido una posición como inspector de servicios, pero la remuneración es apenas suficiente para cubrir mis gastos mensuales. Con un salario de 1300 euros, me pregunto si realmente vale la pena dejar mi trabajo de vigilante, que aunque mal pagado, al menos me permite mantenerme a flote.

La situación actual en el campo de la seguridad privada no es alentadora. Los salarios son bajos y apenas alcanzan para cubrir las facturas. A menudo me encuentro debatiendo entre la necesidad de progresar en mi carrera y la realidad de mis responsabilidades financieras.

A pesar de los inconvenientes, sigo sintiendo una fuerte motivación para progresar en el sector de la seguridad. Me apasiona la idea de contribuir aún más a la protección de las personas y los bienes. Quiero avanzar, adquirir nuevas habilidades y responsabilidades que me permitan crecer profesionalmente.

Sin embargo, también me encuentro en una encrucijada sobre qué camino tomar. Me gustaría estudiar algo que me permita expandir mis oportunidades laborales, pero aún no estoy seguro de qué dirección tomar. La incertidumbre y el estrés financiero me tienen atrapado en un dilema constante.

En resumen, la vida como vigilante de seguridad puede ser complicada. A pesar de las dificultades, sigo manteniendo la esperanza de que algún día podré avanzar y encontrar un equilibrio entre mi pasión por la seguridad y mis necesidades financieras.

Buenas tardes por favor , me apuntan para el concurso

Me apunto tambien al concurso y escribo el siguiente tema para el concurso

Las grandes empresas de seguridad en España, como Prosegur, Securitas, Eulen, Grupo Control, Ilunion y Clece, facturan millones de euros cada año.

Prosegur, por ejemplo, facturó más de 8.300 millones de euros en 2022, mientras que Securitas superó los 7.500 millones. Eulen facturó más de 5.000 millones, Grupo Control alrededor de 1.200 millones, Ilunion cerca de 900 millones y Clece más de 1.700 millones.

Sin embargo, detrás de estas cifras millonarias hay una realidad salarial muy diferente para los trabajadores de seguridad.

Un vigilante de seguridad en España cobra un salario medio bruto anual de 18.000 euros, lo que se traduce en unos 1.200 euros brutos al mes. Este salario puede variar según la empresa, la experiencia del trabajador, el tipo de servicio que presta y la comunidad autónoma donde trabaja.

En el caso de los directivos y mandos de estas empresas, los salarios son mucho más altos.

Se estima que un director general de una empresa de seguridad en España puede cobrar un salario anual de hasta 500.000 euros, mientras que un jefe de seguridad puede cobrar entre 80.000 y 150.000 euros al año.

Esta diferencia salarial tan grande entre los trabajadores de base y los directivos es uno de los principales problemas del sector de la seguridad privada en España.

Los sindicatos denuncian que las empresas de seguridad no están invirtiendo lo suficiente en sus trabajadores y que los salarios son demasiado bajos para el trabajo que realizan.

Además, los vigilantes de seguridad suelen trabajar en condiciones precarias, con jornadas largas, turnos rotativos y exposición a riesgos.

A pesar de estas dificultades, el sector de la seguridad privada en España sigue creciendo.

Se espera que la facturación del sector alcance los 10.000 millones de euros en 2025.

Es importante que las empresas de seguridad inviertan en sus trabajadores y les paguen un salario digno.

Solo así se podrá mejorar la calidad del servicio y la seguridad de las personas.

Como bien sabéis, las funciones del Vigilante de Seguridad y sus especialidades vienen recogidas en la L.O. 5/2014, de 4 de abril, de seguridad privada. En el artículo 32.1.a) dispone que una de esas funciones es la de Ejercer la protección de bienes, establecimientos, lugares y eventos... así como la protección de las personas que puedan encontrarse en los mismos...

En relación a éste artículo cabe destacar las competencias del Vigilante de Seguridad en materia de prevención de riesgos laborales, ya qué, si bien es cierto que las empresas normalmente cuentan con delegados de prevención, atañe al personal de seguridad velar por el correcto funcionamiento, entre otras, de las medidas contra incendio del lugar en el que presta servicio. Pues éstas medidas van destinadas directamente a la protección de bienes y personas.
En éste sentido nos referiremos principalmente a las vías de evacuación y a las centralitas contra incendio, puesto que son medios incluidos entre las medidas contra incendio en aplicación de lo dispuesto en las distintas normativas que las regulan. Por ello, es competencia del vigilante comprobar no sólo el buen funcionamiento de éstas, si no, la no obstaculización o bloqueo de las vías de evacuacion y su correcta apertura.

En caso de detectar anomalías en el correcto uso de las vías de evacuación el vigilante debería anotarlo en el parte diario y notificarlo al cliente. Cuando éstas incidencias se repitan en el tiempo, lo informará a su inspector y, si se considera oportuno, al delegado/a de prevención de la empresa cliente, sin perjuicio de tomar las acciones necesarias para que dicha incidencia se subsane cuanto antes, pues ellos mismos permanecen trabajando en el lugar y poder hacer uso de las vías de evacuación es algo que también repercute en su propia integridad.

La Seguridad es un factor vital en el que debemos concienciarnos nostros primero para poder hacerlo al resto de la sociedad.

La seguridad en nuestras manos: los vigilantes de seguridad
Soy un vigilante de seguridad. Día a día, me enfrento a la responsabilidad de proteger a personas, bienes e instalaciones en un mundo cada vez más complejo y con mayores riesgos.

Nuestra labor: proteger y prevenir

La Ley 5/14 del 4 de abril de Seguridad Privada define nuestras funciones. Somos los guardianes de la seguridad, aquellos que velan por el bienestar de los ciudadanos y el correcto funcionamiento de las empresas.

Prevención, disuasión y control

Nuestra presencia disuade a los potenciales delincuentes, previene la comisión de delitos y auxilia a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en caso de emergencia. Controlamos accesos, vigilamos instalaciones y garantizamos el cumplimiento de las normas de seguridad.

Más que un trabajo, una vocación

Ser vigilante de seguridad no es solo un trabajo, es una vocación. Sentimos la responsabilidad de proteger a los demás y nos sentimos orgullosos de nuestra labor. Ofrecemos tranquilidad a empleados, clientes y ciudadanos, permitiéndoles que se concentren en sus actividades sin preocupaciones.

Un sector en auge

La demanda de seguridad privada está en auge. Las empresas son cada vez más conscientes de la importancia de proteger sus activos y las personas que trabajan en ellas.

Un coste que se convierte en inversión

Es cierto que la contratación de vigilantes de seguridad supone un coste para las empresas. Sin embargo, este coste se convierte en una inversión en seguridad que reporta numerosos beneficios a largo plazo.

Exigencia de las aseguradoras

Las compañías aseguradoras son cada vez más exigentes en materia de seguridad. En muchos casos, exigen la contratación de vigilantes de seguridad como condición para hacerse cargo de los siniestros que puedan ocurrir en la empresa.

La tranquilidad no tiene precio

En definitiva, los vigilantes de seguridad jugamos un papel fundamental en la sociedad actual. Somos los garantes de la seguridad en un mundo cada vez más inseguro. La tranquilidad de las personas no tiene precio, y nuestra labor es contribuir a ello.

Andalucía: Tierra de promesas incumplidas para los vigilantes de seguridad
¿Te has fijado en la cantidad de carteles de "Se busca vigilantede seguridad" que hay por toda Andalucía? Pareciera que hay más ofertas que churros en la feria, pero la realidad es bien distinta, chaval. En esta tierra, ser vigilante de seguridad es como buscar un tesoro escondido: hay que tener mucha suerte y paciencia para encontrarlo.

Las empresas de seguridad proliferan como setas, pero las condiciones laborales son más bien un campo de nabos. Sueldos míseros, contratos precarios y jornadas interminables son el pan de cada día para estos profesionales, que se juegan la vida por un salario que no llega ni para pagar la hipoteca.

Y no solo eso, la competencia es feroz. Hay más vigilantes que cámaras en las calles, y muchos se ven obligados a aceptar trabajos por debajo de convenio solo para poder llevar un plato a la mesa.

Pero lo que más jode, y no te lo voy a negar, es el intrusismo. Cualquiera se cree con derecho a ejercer de vigilante sin tener la formación ni la placa. Y lo peor es que a veces la propia Junta de Andalucía parece fomentar este intrusismo, publicando anuncios de "vigilancia" que en realidad solo buscan mano de obra barata sin ninguna experiencia ni titulación.

¿Qué pasa con la seguridad de los ciudadanos? ¿Acaso no importa quién nos protege? Parece que en esta tierra, la seguridad privada se ha convertido en un negocio donde priman los beneficios económicos por encima de la profesionalidad y la seguridad.

Los vigilantes de seguridad son los guardianes de nuestras calles, nuestros comercios y nuestras propiedades. Se merecen un trato digno, un salario justo y unas condiciones laborales que les permitan desarrollar su trabajo con la profesionalidad que se requiere.

Es hora de que las empresas de seguridad, las administraciones públicas y los propios ciudadanos tomemos conciencia de la importancia de la seguridad privada. Solo así podremos garantizar un futuro mejor para estos profesionales, que tanto se lo merecen.

La seguridad privada no es un juego. Es un servicio esencial para la sociedad que debe estar en manos de profesionales cualificados y con las condiciones laborales adecuadas.

El arte de persuadir en la Seguridad Privada.

Todos hemos visto alguna vez qué ocurre cuando algún coincidente hace un uso inapropiado de la comunicación en una intervención. ¿Os imagináis si existiera alguna manera de aprender a dominar eso? ¿De dominar el habla? Pues, aunque es un gran desconocido para muchos, existe. Es el judo verbal, también conocido como habilidades de comunicación táctica o no violenta, y desempeña un papel esencial en el ámbito de la seguridad.
Esta disciplina permite a los profesionales manejar situaciones de conflicto de manera efectiva y pacífica, lo que resulta fundamental en un entorno donde la autoprotección es prioritaria. Al dominar el arte del judo verbal, el personal de seguridad puede intervenir en situaciones tensas con clientes, intrusos o individuos agresivos o alterados, utilizando el diálogo como principal herramienta de resolución.

La aplicación del judo verbal en la seguridad privada reduce considerablemente la necesidad de intervenciones físicas, evitando el uso de la fuerza y disminuyendo el riesgo de lesiones tanto para el personal de seguridad como para terceros, lo que contribuye a mejorar la imagen y reputación profesional. Además, al resolver los conflictos de manera pacífica, se fomenta un ambiente de confianza y respeto entre los clientes y el personal de seguridad, lo que puede resultar en una mayor fidelización y un aumento de la satisfacción del servicio. Y ésto se traduce en empleo mejor valorado.

Otro aspecto importante del judo verbal en la seguridad privada es su capacidad para prevenir una escaleda a niveles más peligrosos durante sus intervenciones. Los profesionales de la seguridad que dominan estas técnicas pueden identificar señales de alerta e intervenir de manera proactiva para evitar incidentes mayores. Esto es especialmente útil en servicios denominados "conflictivos" como renfe, discotecas o centros comerciales, donde las intervenciones difíciles y las situaciones de tensión son más comunes.

En resumen, el judo verbal es una herramienta invaluable en la seguridad privada, proporcionando a los profesionales las habilidades necesarias para gestionar situaciones conflictivas de manera efectiva y pacífica logrando que el adversario haga lo que uno quiere, pero convencido de que lo hace porque él quiere. Su uso no solo contribuye a garantizar la seguridad de las personas implicadas, sino que mejora la percepción del vigilante ante los conflictos. Lamentablemente, en España, su integración en la formación queda excluida del personal de seguridad privada, limitándose unicamente a los miembros de los CCFFSE. Pero, precisamente por su valor táctico, es esencial que todos los vigilantes y profesionales de la seguridad se interesen en este método de comunicación y lo incluyan como adignatura obligada en su formación permanente; al objeto de ofrecer un desempeño profesional, de calidad y sobretodo, seguro.

SIGO CON ANDALUCIA

Tío, te voy a hablar claro, aquí en Andalucía el curro está fatal, da igual quien gobierne, si el PSOE o el PP, la cosa sigue igual de jodida. No hay manera de encontrar un trabajo decente y si lo encuentras, te pagan una miseria. La única opción que nos queda es emigrar, irnos a Cataluña o a Madrid a buscarnos la vida. Pero claro, allí la cosa tampoco está fácil, el precio de la vivienda está por las nubes y es imposible encontrar un piso decente.

Muchos vigilantes como yo nos hemos ido a Madrid pensando que encontraríamos algo mejor, pero la realidad es que nos meten a diez en un piso patera y nos hacen trabajar en supermercados por una miseria. Y lo peor de todo es que el plus de peligrosidad que nos dan por trabajar en un supermercado nos lo descuentan del alquiler del piso. ¡Menuda tomadura de pelo!

Y me han contado que en Ibiza pasa lo mismo. Los vigilantes que emigran allí acaban viviendo en condiciones precarias y trabajando por un sueldo irrisorio.

Estamos hartos de esta situación, de sentirnos como esclavos. No podemos seguir así. Tenemos que luchar por nuestros derechos, por un trabajo digno y un salario justo. No podemos permitir que nos exploten de esta manera.

Tenemos que unirnos y organizarnos para defender nuestros intereses. Solo así conseguiremos que las cosas cambien. ¡No nos queda otra!
Tío, te lo digo claro y alto: si seguimos así, conformándonos con las migajas que nos dan, no va a cambiar nada. No podemos seguir quejándonos y no hacer nada. Tenemos que mover el culo y luchar por nuestros derechos.

Si no nos unimos y nos plantamos ante los que nos explotan, seguirán pisoteándonos. No podemos permitir que nos traten como a esclavos.

Tenemos que exigir un trabajo digno, un salario justo y unas condiciones de vida decentes. Si no lo hacemos ahora, ¿cuándo lo vamos a hacer?

¿Vamos a seguir aguantando que nos exploten? ¿Vamos a seguir viviendo en la miseria? ¡No! ¡Basta ya!

Es hora de que digamos basta. Es hora de que levantemos la cabeza y exijamos nuestros derechos. No podemos seguir así. ¡Tenemos que luchar por nuestro futuro!

Si seguimos conformándonos con las miserias que nos dan, nunca vamos a poder cambiar nada. Y luego no nos podremos quejar en ningún lado. La responsabilidad es nuestra. Tenemos que tomar las riendas de nuestro futuro y luchar por lo que nos pertenece.

¡No nos dejemos pisotear! ¡Luchemos por nuestros derechos!

¿Listo para una historia épica? Agárrate que te cuento cómo fue mi rollo en Mercadona, echando horas para Prosegur. La seguridad ahí era un verdadero jaleo. No sabía si estaba trabajando de vigilante o de detective privado. La encargada siempre encima, como si fuera mi sombra, mandándome a cazar a los sospechosos. Y yo, ahí, siguiendo a la peña sin que se dieran ni cuenta, con los ojos bien abiertos.

Lo peor de todo era que las cámaras solo la veían ellos. ¿Qué clase de seguridad es esa? Era como estar peleando en una guerra sin armas.

Los clientes, no te lo imaginas. Todos me miraban como si fuera un ladrón. Y yo, con mi uniforme de Prosegur, que era lo único que me daba un poco de dignidad en ese infierno.

El tema del spray... sí, lo llevaba encima. Sé que no está permitido, pero ¿qué más daba? La seguridad primero, ¿no? Y sí, hubo días de intervenciones, ¿cómo no? Gente que se creía lista intentando robar, pero yo siempre un paso por delante, como un jodido ninja de la seguridad.

Y un día, me enfrenté a un cliente. La encargada se metió en la movida y... bueno, mandé a todos a la mierda. Desde entonces, ni Prosegur ni Mercamoñas. Es hora de buscar algo mejor, algo donde me valoren de verdad. ¡A buscar nuevas oportunidades y mandar esta mierda a paseo!

Compañeros, escúchenme bien. Sé que en Madrid y Barcelona es mas facil conseguir curro de vigilante, y que Mercadona parece una opción tentadora. Pero os lo digo de corazón, ¡evitad a Prosegur como si fuera la peste! Aquí van algunas razones bien claras:

Primero, en Mercadona te van a tratar como a un perro faldero. La encargada estará encima tuyo todo el tiempo, presionándote para que estés al acecho de los sospechosos. Y no esperes que las cámaras te respalden, porque están más trucadas que un casino.

Segundo, los clientes te van a mirar como si fueras el enemigo público número uno. Olvídate de ser tratado con respeto, porque aquí te ven como un chico malo hasta que se demuestre lo contrario.

Tercero, Prosegur te va a exprimir hasta la última gota de sudor. Te van a pedir que intervengas en situaciones peliagudas, y créeme, no va a ser nada bonito. Además, te van a pagar una miseria por todo ese estrés y esa presión.

Y no quiero ni empezar con el tema del spray y otros trucos que algunos usamos para sentirnos más seguros. Sabemos que no están permitidos, pero a veces hay que priorizar nuestra propia seguridad.

Sí, sé que en Andalucía la cosa está aún peor, pero no os dejéis engañar por la necesidad. Seguro que hay otras opciones por ahí, donde os valoren de verdad y no os hagan sentir como carne de cañón.

Así que, colegas, buscad alternativas. No os conforméis con cualquier cosa solo porque parece ser la única opción. Recordad, ¡vosotros valéis más que eso!

"Una práctica indispensable en todo oficio".

En cualquier oficio conocido se utilizan distintas herramientas para llevar a cabo los cometidos necesarios, y sus profesionales o bien las portan consigo o bien las tienen a su disposición en los centros de trabajo. En cualquier caso, todos y cada uno de éstos profesionales que se precie, entre las tareas que tiene designadas en el desarrollo de su oficio, incluye la más basica, importante y menospreciada de todas: el mantenimiento.

Los vigilantes de seguridad tienen a su disposición una amplia posibilidad de herramientas, pero las que sin duda acaban ocupando mayor relevancia en su día día no son otras que las que porta consigo todo el tiempo; es decir, su dotación. Ésta dotación, generalmente se porta en el cinto en su mayoría de veces, y en otras se mantiene cerca en la mochila. Pero las herramientas del vigilante no se limitan únicamente a la dotacion del cinto; si no a todo el conjunto de equipación que lleva puesto. El cinto, los grilletes, la defensa, la bolsa porta objetos, el botiquín (si lo lleva), la linterna... pero también lo son las botas, el chaleco (si lo tiene), la placa, etc.
Como todo buen profesional, el vigilante de seguridad debe realizar un mantenimiento regular o periódico de su equipo. Hay que revisarlo, limpiarlo, y en definitiva, cuidarlo. Y cuando este muestre signos de deterioro, será señal de que toca cambiarlo.

Los grilletes, por ejemplo, deben revisarse al menos una vez a la semana. Están expuestos a golpes y a la intemperie y, según cómo, pueden pasar mucho tiempo en el cinto sin usarse. Descuidarlos nos puede llevar a una situación tan embarazosa como problemática, al tener que hacer uso de ellos en un momento dado y... ¡Sorpresa! Los grilletes no se abren, o tienen óxido, o la llave no funciona correctamente. Situación que, de encontrarse con una persona detenida con ellos puestos puede costarnos un duro disgusto. Por eso es recomendable manipularlos de vez en cuando, engrasarlos y limpiarlos.  Lo mismo ocurre, por ejemplo con la linterna; pues si lleva mucho tiempo sin usarse, es recomendable ponerla a cargar de vez en cuando, comprobar que funcione y cuidar su buen estado.  O las botas, que si son de piel deben cepillarse, aplicarles cera, pasarles el paño y enbatumarlas. Las placas, tanto las de metal como las de pvc se acaban deteriorando con el uso y el tiempo, por lo que lavarlas de vez en cuando les alarga la vida útil; no supone un esfuerzo y, si se deterioran, hay que cambiarlas. O el chaleco, que debe limpiarse después de cada uso, lavarle las dundas y revisar el estado de las planchas.

Concienciarse en mantener nuestro material y nuestras herramientas de trabajo en buen estado, no solo nos ayuda a ofrecer una imagen pulida de cara al ciudadano y al cliente, si no también a ser más disciplinados y eficientes en el desempeño de nuestras tareas.

PARA QUE QUEREMOS LA DEFENSA SI NO LA PODEMOS USAR
Ey, colega, ¿sabes qué? Me ves aquí, con mi uniforme de vigilante de seguridad, haciendo lo mío, tratando de mantener la paz en este mundo loco, ¿y qué pasa? Pues resulta que un día me encuentro con dos tipos árabes que están más calientes que una parrilla en julio. Me miran con esos ojos de mala leche y empiezan a venir hacia mí con malas intenciones.

Ahora, no sé si has estado alguna vez en una situación así, pero déjame decirte que no es precisamente un paseo por el parque. Así que ¿qué hice? ¿Me quedé ahí de pie esperando a que me hicieran un tatuaje en la cara con sus puños? ¡No! Saqué mi defensa, mi bastón de seguridad, y les dije claramente que no estaban bienvenidos a causar problemas.

Pero, ¿adivina qué? Resulta que cuando todo esto llega al juicio, el juez y el abogado de esos dos tipos empiezan a decir que yo pasé los límites, que no debería haber usado mi defensa porque ellos supuestamente no tenían armas. ¿Qué esperaban, que les invitara a tomar un té mientras me daban una paliza?

Entonces, ¿qué se supone que debía hacer? ¿Conocer karate para pelearme con ellos mano a mano? ¡Por favor! Como si viviéramos en una película de acción.

Pero bueno, vamos al grano. La normativa sobre el uso de la defensa por parte de los vigilantes de seguridad no es tan complicada como quieren hacerte creer esos tipos con sus trajes elegantes en el tribunal. La ley nos permite usar la fuerza necesaria y proporcionada para defendernos o para proteger a otras personas o propiedades de un peligro inminente.

¿Qué significa eso? Pues que si te están atacando o si hay una situación en la que la violencia parece inevitable, tienes derecho a defenderte. No se trata de esperar a que te partan la cara antes de actuar. Claro, siempre y cuando no excedas los límites y vayas por ahí repartiendo palizas como si fueras un superhéroe.

Pero bueno, al final del día, lo que importa es que salí ileso de esa situación y pude seguir haciendo mi trabajo. Aunque, sí, me quedó ese mal sabor de boca por la manera en que el sistema parece estar en contra de los que tratamos de mantener el orden. Pero ¿sabes qué? Eso no va a detenerme. Seguiré aquí, en mi puesto, vigilando y defendiendo, porque alguien tiene que hacerlo, ¿no?

te cuento lo que me pasó una noche en la garita de entrada. Estaba yo allí, tranquilo, cumpliendo mi deber como un buen vigilante de seguridad. De repente, llega este tipo, todo bien vestido, en un coche con el logo de la empresa. Se baja y se me acerca haciéndose el importante, diciendo que es inspector de servicios y que le abra la puerta para que pase.

Yo, que sé cómo va la movida, le digo que no puedo dejarlo pasar porque solo el personal autorizado con tarjeta tiene acceso al recinto. Pero este tío, con toda su chulería, me dice que a esas horas de la noche eso da igual, como si las normas fueran una especie de buffet que puedes escoger a tu antojo.

Claro, eso me pone de mala hostia. Le pido sus funciones delegadas del jefe de seguridad, a ver si tiene alguna credencial para dar órdenes, y resulta que ni las lleva encima. Dice que tiene un papel del gerente, pero ya te imaginarás lo que le dije yo a eso.

Al final, el tipo se va con el rabo entre las piernas, pero al día siguiente recibo una llamada del gerente. Y, ¿adivina qué? Me viene con que soy un mal compañero y una falta de respeto no dejar entrar a un superior para una inspección. Pero yo le dije que todo quedó grabado y que las consecuencias iban a ser para ellos.

Así que fui con mi abogado, ese mismo que me lleva otros asuntos como mi divorcio y esas cosas, y le metimos una denuncia en seguridad privada a la empresa. ¿El resultado? Pues que los pillaron con el carrito del helado. Resulta que el tal inspector no tenía ni un uto título ni tampoco las delegaciones del jefe de seguridad, como mandan los cánones.

Pero aquí viene lo bueno. Cuando llegó mi renovación, ¿sabes qué? No me la dieron. Pero no me pilló por sorpresa, ya lo estaba oliendo. ¿Ves cómo funcionan estas empresas si les dejamos que hagan lo que les da la gana? En fin, así es la vida en este mundillo de los vigilantes de seguridad, colega. Una lucha constante contra el abuso de poder y la falta de respeto.
¡No me jodas! ¿Puedes creerlo? Resulta que después de todo ese lío, me fui a buscar curro a Sevilla y ¿quién crees que me abrió las puertas de la empresa? ¡Exacto, el mismo tipo que decían que era inspector! Y no solo eso, también se jactaba de serlo.

Pero ¿adivina qué? Evidentemente, no me cogieron. El tío se encargó bien de hablar mal de mí para que no me contrataran. Así son las cosas, hermano. El mundo está lleno de injusticias y gente que juega sucio. Pero bueno, al menos ahora lo sé. A veces, el karma se encarga de poner las cosas en su sitio.

UN DIA EN UN CENTRO COMERCIAL DE VIGILANTE ARRASTRADO

Joder, tío, déjame contarte sobre un día de mierda en el centro comercial más grande de Sevilla. Aquí estoy, yo, el pobre PRINGAO  que se metió en este jaleo de ser vigilante. ¿Y sabes qué? Me tienen dando vueltas como un pollo sin cabeza todo el santo día. Ni un respiro, colega.

Así que imagínate la escena: estoy sudando la gota gorda, con ganas de mear como un caballo, pero ¿qué crees? Cuando pido permiso por el walkie-talkie, me lo niegan. ¡Casi me hago pis encima, macho! Es que no se dan cuenta de que no soy un robot, soy un ser humano con necesidades básicas, ¿no?

Y ahí no acaba la vaina. Justo cuando ya estoy más rendido que un trapo viejo, me llaman para apoyar en una intervención en una tienda de ropa. Pero, claro, a ver quién corre cuando ya te duelen hasta las pestañas de tanto dar vueltas por este uto laberinto de pasillos.

Y todo esto ¿para qué? ¿Para qué tanto ronda estúpida que no sirve para un carajo? Solo para dejar al vigilante exhausto físicamente, eso es. Y mientras tanto, los del centro de control, esos que viven la vida loca haciendo la pelota al gerente y al director de seguridad, ahí tan tranquilos. Y ni hablar de los de mantenimiento, que también quieren mandar. ¡Vaya tela!

Es como dice el chiste: mi padre manda en mi madre, mi madre manda en mí, yo mando en las gallinas, ¡y todos mandamos aquí! Ja ja ja. En fin, así es la vida de un pringado vigilante en un centro comercial. Que alguien me saque de aquí, por favor.
Y no es que esté yo siendo un negativo, pero déjame decirte que la vigilancia en estos centros comerciales está en manos de unos incompetentes que ni te cuento. ¿Por qué te lo digo? Pues porque aquí, los que mandan, no tienen ni idea de lo que están haciendo.

Mira, te pongo un ejemplo clarito. Tienes a los jefes de equipo y a los inspectores que, en teoría, deberían coordinar todo el chiringuito. Pero ¿qué hacen en realidad? Pues estar más perdidos que un pulpo en un garaje. No tienen ni uta idea de cómo distribuir al personal, de cómo optimizar los recursos, de cómo manejar una situación de emergencia. Nada de nada.

Y luego, ¿qué me dices de los del centro de control? Esos que están ahí sentados en sus sillas, jugando al Candy Crush o chismorreando por teléfono. En vez de estar vigilando las cámaras de seguridad como Dios manda, están haciendo la pelota al gerente y al director de seguridad. Como si eso les fuera a garantizar un ascenso o algo así.

Y ni hablar de los de mantenimiento. Que sí, que hacen falta, pero ¿de qué sirve tener a unos tíos arreglando bombillas si luego no hay vigilantes suficientes para cubrir todo el centro? Es como si le pusieras un parche a un barco que se está hundiendo.

En fin, que así estamos, con la seguridad del centro comercial en manos de un montón de inútiles que no tienen ni idea de lo que están haciendo. Pero claro, mientras tanto, nosotros, los vigilantes de verdad, estamos aquí aguantando el chaparrón y tratando de mantener el orden en este circo de tres pistas.

HOLA BUENAS TARDES, ME ACABO DE REGISTRAR DESPUES DE LEEROS HACE MUCHO TIEMPO, AHORA SOLO ME HE REGISTRADO PARA CONCURSAR Y DEMOSTRAR MI CONOCIMIENTO DE LA SEGURIDAD PRIVADA